"Pero núnca contactaran con nosotros", Nicolás Álvarez, ingeniero aeroespacial, si la Tierra fuera parte de un zoo alienígena, núnca lo sabríamos, la teoría de la conspiración de que los EE.UU. oculta cuerpos de alienígenas no tiene ningún sentido, cada vez que divulgo, la horda de terraplanistas que atraigo es tremenda...
Si hemos podido detectar las ondas gravitacionales provocadas por el nacimiento de nuestro universo y hallado los 'ingredientes' básicos para la vida en mundos remotos e imposibles: ¿por qué no hemos dado aún con indicio alguno de la existencia de otra especie al menos tan avanzada como la nuestra? Jorge Nicolás-Álvarez, doctor en ingeniería aeroespacial, divulgador científico y colaborador de la NASA y la ESA, aborda el reto de afrontar la gran pregunta sin frivolidad ni cortapisas en su libro Hemos recibido un mensaje extraterrestre. "He querido darle una perspectiva científica. Buscar vida extraterrestre es un trabajo serio, al que se dedican muchas personas", explica el investigador, muy popular entre los jóvenes por su colaboración en el podcast The Wild Project. Es precisamente a ellos a quién se dirige, consciente de estar tratando temas "inciertos" y necesitados de un "rigor" que combata las pseudociencias. "Yo mismo me he autocensurado por pudor en ocasiones", reconoce. "Para hablar de vida extraterrestre, hay que estar muy bien posicionado y expresarse con claridad". Cuando nos visitó el asteroide Oumuamua, hubo que verificar que no se trataba de una nave científica. ¿Así es como funciona el método científico? Exacto. Cuando vemos fenómenos que no tienen explicación natural según el conocimiento del que disponemos, es perfectamente lógico plantear que quizá sea una nave artificial. Hay que tener la mente abierta y ser muy humildes, porque lo que conocemos es muy limitado. Y gracias a la investigación sobre Oumuamua ahora podemos buscar otros asteroides interestelares con esas características. ¿La astrofísica está constantemente en evolución? Acabamos de hallar el agujero negro más antiguo del universo y ya replanteamos las hipótesis. Sí, y es así con todos los ámbitos que no podemos tocar ni investigar en los laboratorios de la Tierra. Es un proceso lento que requiere de instrumentación muy potente y cara: telescopios espaciales, etcétera. Pero cuando se dedican recursos a una campaña, los avances son muy significativos. Sobre el fenómeno OVNI: ¿no ha contribuido precisamente el oscurantismo de las autoridades a que proliferen las teorías disparatadas? Efectivamente. Un OVNI se refiere simplemente a un 'objeto volador no identificado' y existen de verdad. Seguramente sean objetos que provienen o bien de otros países o son proyectos militares clasificados. Y se tiene que investigar para mejorar la seguridad aérea: se han tenido que cancelar vuelos, han habido aterrizajes de emergencias... Por otro lado, la teoría de la conspiración según la cual Estados Unidos oculta cuerpos de alienígenas no tiene ningún sentido. Hay instituciones financiadas con dinero público cuyo objetivo es buscar vida extraterrestre. Si la hubieran encontrado, ¿por qué no hacerlo público? Pero el Pentágono y la NASA no han abordado con transparencia los expedientes OVNI hasta el año pasado. ¿No contribuye esto a la confusión? Sí, y además tiene todo el sentido. A mediados del siglo XX hubo un avance tremendo en tecnología aeronáutica y aeroespacial militar. Para una persona no familiarizada, encontrarse con estos aparatos voladores les haría pensar que vendrían de otro planeta. Coincidió con el auge de la ciencia ficción en el cine y la cultura popular. El incidente de Roswell, el más famoso de la ufología, tendría una explicación con esa base. En este caso, y no está confirmado, se trataría de un proyecto experimental que empleó a prisioneros de guerra japoneses concentrados en un campo de Roswell. Les hacían volar en unos globos hasta la estratosfera y para respirar a tal altura tenían que llevar una escafandra, un traje espacial primitivo. Parece ser que uno de estos globos tuvo un accidente y cayó en una zona rural. Claro, un granjero que se encuentra una nave que no ha visto nunca, con a unos seres en una escafandra, pensará que se trata de una invasión alienígena como la del cine. Si hubiera alguna otra civilización inteligente en el universo, ¿no deberíamos haber hallado al menos algún indicio de su existencia? Sí, y aquí se plantea el gran problema del universo. Es tremendamente grande, hay un montón de estrellas, y estas tienen un montón de planetas. Además, la Tierra es un planeta joven, hay muchos otros más antiguos. Si fuera típico que la vida surgiera y prosperase de forma inteligente, esas civilizaciones serían miles o millones de años más avanzadas que nosotros, permitiéndoles explorar su sistema y quizá llegar al nuestro. El hecho de que no hayamos visto nada indica que se dan dos filtros: o bien es difícil que la vida surja, o bien es difícil que una civilización llegue a desarrollarse hasta el punto de nivel tecnológico que le permita viajar por la galaxia. Leer el articulo completo, clic! enlace: EL Español.com / Ciencia |