Que quiere acabar con los cohetes espaciales, esta más cerca de ser realidad. Longshot Space promete reducir radicalmente el precio de los lanzamientos espaciales con un cañón de acero y hormigón de 10 km de largo capaz de lanzar naves a una velocidad de Mach 23 (28.400 km/h)...
| La única manera que tenemos hoy en día de lanzar una nave al espacio es usando cohetes propulsados por motores químicos. El problema es que crearlos, llenarlos de combustible y lanzarlos al espacio supone un coste prohibitivo que limita la capacidad de muchas empresas y científicos de tener sus naves orbitando el planeta. Varias compañías están intentando desarrollar tecnologías radicalmente diferentes que permitan hacer lanzamientos espaciales sin usar cohetes que sean tan baratos y rutinarios como los viajes en tren. Una de ellas es Longshot Space, que quiere construir un supercañón de hormigón de 10 kilómetros de largo capaz de disparar cargas al espacio a velocidades de hasta Mach 23 (28.400 km/h). La compañía acaba de construir un nuevo prototipo gigante para demostrar su tecnología. El prototipo se ha montado en los astilleros de Alameda, en California. Tiene 36 metros de largo por casi un metro de ancho y Longshot está esperando a conseguir los permisos de las autoridades reguladoras que le permitan realizar sus primeras pruebas. Si tienen éxito, el siguiente paso será instalar un cañón aún mayor, esta vez en el desierto de Nevada (Las Vegas) y demostrar que se pueden enviar cerca de 100 toneladas al espacio sin usar una gota de combustible tradicional. “Cada vez que escalamos el cañón, ganamos eficiencia y reducimos las fuerzas G sobre la carga útil”, explica Mike Grace, el fundador y artífice de esta aventura, en una entrevista para reciente para New Atlas. La compañía ya ha efectuado más de cien disparos exitosos con modelos del cañón en miniatura y sus tubos han tenido que soportar fuerzas extraordinarias de hasta 30.000 G. Aun así, aseguran que las simulaciones apuntan a que las versiones futuras de varios kilómetros de largo podrían reducir esa brutal aceleración hasta niveles tolerables para electrónica delicada o experimentos científicos que llevan las naves espaciales. Las naves se lanzan gracias a tanques de gas a altísima presión que se liberan a intervalos perfectamente calculados sobre el proyectil a medida que recorre el tubo, lo que hace que se vaya elevando su velocidad según pasa por las distintas etapas. El acelerador, sellado y parcialmente al vacío, reduce la resistencia y permite alcanzar velocidades de hasta Mach 23 en un trayecto completamente horizontal. Leer el articulo completo, clic! enlace: 👇 El Confidencial.com / Ciencia |
















