De los 'planetas desparecidos' de nuestra galaxia, las observaciones muestran que entre el tamaño de las 'súper Tierras' y el de los 'mini Neptunos' existe un vacío sin planetas muy difícil de explicar...
En el momento de escribir estas líneas, el número oficial de exoplanetas confirmados por la NASA era de 5.206, orbitando a sus estrellas en 3.894 sistemas solares diferentes. Cifras, por cierto, que aumentan día a día y que son ya lo suficientemente abultadas como para hacer estadísticas fiables. Muchos de esos planetas son gigantes, gaseosos y muy masivos, con radios que parten de las 2,5 veces mayores que el de la Tierra (mini Neptunos). Y otra población especialmente significativa es la de los planetas rocosos, similares al nuestro y llamados 'súper Tierras', con radios de alrededor 1,4 veces el de nuestro propio planeta. Pero esas estadísticas encierran dos misterios. El primero es la aparente falta de mundos con radios intermedios, de aproximadamente 1,8 veces el radio terrestre. Conocido como el problema del 'valle del radio', ese hueco en la presencia de planetas de un cierto tamaño es especialmente significativo en los hallazgos del ya veterano Telescopio Espacial Kepler, responsable del descubrimiento de más de 2.600 exoplanetas. Inexplicablemente, esos mundos de radio intermedio están muy escasamente representados. El segundo misterio, conocido como 'guisantes en una vaina' se refiere al no menos inexplicable hecho de que resulta muy común encontrar planetas vecinos con tamaños muy similares en ciertos sistemas planetarios. Esos mundos se alinean en sus órbitas de forma armoniosa y ordenada, formando una línea a la que deben su nombre. Ahora, un grupo internacional de investigadores liderado por André Izidoro, científico del proyecto CLEVER (Cycles of Life-Essential Volatile Elements in Rocky Planets), de la Universidad de Rice en Houston, ha conseguido poner a punto un modelo que refleja cómo se relacionan las fuerzas que actúan sobre los planetas recién formados y que podría explicar ambos misterios. En otras palabras, la solución a los dos enigmas enigmas estaría en los movimientos que los planetas hacen durante sus primeros años de existencia, y en cómo a menudo chocan entre sí. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |