Oleadas de radiación cósmica extrema, hasta 100 veces más potentes que el 'Evento Carrington', una nueva investigación revela, que en los últimos 10.000 años, por lo menos seis de estos eventos se sucedieron a un ritmo aproximado de uno por cada milenio...
Gracias al estudio de las cantidades de radiocarbono almacenadas en los anillos de árboles milenarios, un equipo de investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, ha conseguido recabar preocupantes datos sobre un misterioso y potente tipo de evento cósmico, impredecible y potencialmente devastador. Hasta ahora, se creía que el mayor 'ataque' de radiación espacial sufrido por el hombre fue el que vino de la mano del llamado 'evento Carrington', la tormenta solar más potente de todas las registradas en tiempos históricos, que en 1859 provocó el colapso del entonces incipiente sistema de telecomunicaciones. Pero según el nuevo estudio, publicado en 'Proceedings of the Royal Society A', la Tierra ha sido periódicamente golpeada, también, por niveles de radiación hasta cien veces más potentes. «Estas enormes ráfagas de radiación cósmica, conocidas como 'eventos de Miyake' (por el científico japonés que primero las descubrió), han ocurrido aproximadamente una vez cada mil años, pero no sabemos qué las causa -explica Benjamín Pope, que ha dirigido la investigación-. La teoría principal es que se trata de enormes erupciones solares, pero necesitamos saber más, porque si uno de estos eventos ocurriera hoy, destruiría la tecnología, incluidos los satélites, los cables de internet, las líneas eléctricas de larga distancia y los transformadores. El efecto sobre la infraestructura global sería inimaginable«. Hasta ahora, prosigue el científico, se han identificado seis de estos eventos «a lo largo de un periodo de 10.000 años». Los más recientes tuvieron lugar en los años 774 y 993, en plena Edad Media. Muchas especies de árboles muestran anillos de crecimiento en sus troncos. Esos anillos, a razón de uno por año, permiten averiguar sus edades, pero también ayudan a los científicos a estudiar, y a fechar con exactitud, numerosas características del entorno y a conocer el clima en que el árbol ha estado viviendo desde que nació. Y en este caso lo que interesaba era saber cuánto carbono 14 radiactivo, o radiocarbono, se había ido almacenando en los diferentes anillos de los árboles estudiados, todos ellos milenarios, a lo largo de su dilatada existencia. El radiocarbono, en efecto, se produce debido a la interacción de partículas de alta energía, como las de los rayos cósmicos y las tormentas solares, con la atmósfera. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |