Permite, por primera vez, estudiar la corteza superficial de Marte, esta es la primera vez que se observan ondas superficiales sísmicas en un planeta que no sea la Tierra...
Esta semana, las revistas 'Nature Astronomy' y 'Science' dedican dos importantes estudios a los datos obtenidos a finales de 2021 por las misiones InSight y Mars Reconnaissance Orbiter, ambas de la NASA, sobre dos grandes impactos en la superficie del planeta rojo. Las ondas sísmicas de esos dos meteoritos, en efecto, han permitido a los investigadores recabar datos inéditos del interior del planeta y estudiar, por primera vez, su corteza. Desde 2018, cuando la misión InSight desplegó el sismómetro SEIS en la superficie de Marte, los sismólogos y geofísicos han estado escuchando los pulsos sísmicos de más de 1.300 'martemotos'. Una y otra vez, los investigadores registraron terremotos en Marte, tanto pequeños como grandes. Pero el análisis detallado de la ubicación de los sismos causados por los dos impactos trajo consigo una sorpresa. Con epicentros que se sitúan en las cercanías de Cerberus Fossae, una región caracterizada por una serie de grietas en el terreno, estos terremotos cuentan una historia totalmente nueva a las de los demás. Una que sugiere que el vulcanismo aún juega un papel activo en la formación de la superficie marciana. Bajo la dirección de científicos del ETH Zurich, un extenso equipo internacional de investigadores analizó un conjunto de más de 20 terremotos marcianos recientes, todos ellos con origen en la región de Cerberus Fossae. Y la conclusión fue que los sismos de baja frecuencia indican una fuente cálida que podría explicarse por la lava fundida actual, es decir, el magma a esa profundidad y la actividad volcánica en Marte. En concreto, los investigadores hallaron que los terremotos se ubican principalmente en la parte más interna de Cerberus Fossae. Después, al comparar esos datos sísmicos con imágenes de observación de la misma área, el equipo también descubrió depósitos de polvo más oscuros. Y no solo en la dirección dominante del viento, sino abriéndose en abanico en múltiples direcciones diferentes. «El tono más oscuro del polvo -explica Simon Staehler, autor principal del artículo de 'Nature Astronomy'- significa evidencia geológica de actividad volcánica reciente, quizás dentro de los últimos 50.000 años, relativamente joven en términos geológicos«. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |