¿Tienen forma esférica? los planetas que forman nuestro Sistema Solar tienen diferentes tamaños, diferentes distancias respecto al Sol y diferente forma, peor ninguno es cúbico, ni piramidal ni discoidal...
Según la hipótesis nebular, el sistema solar en sus orígenes –hace unos 4.670 millones de años- era una nube de polvo y gas en remolino, lo que se conoce como nebulosa solar. En algún momento tuvo lugar un suceso que provocó el colapso de la nube, bien a consecuencia del paso de una estrella u ondas de choque de una supernova. La consecuencia fue un colapso gravitacional en el centro de la nube, de forma que las bolsas de polvo y gas comenzaron a acumularse en las regiones más densas, en otras palabras, poco a poco se fue formando una estrella central y un disco circunestelar. Las regiones más densas atrajeron más materia, fueron ganando masa progresivamente y, como consecuencia, el campo gravitacional de los fragmentos fue aumentando y unificando todo el material. La mayor parte de aquel material terminó en una bola en el centro –el Sol- el resto de la materia se aplanó y formó un disco protoplanetario, que es como se conoce a aquellos planetas incipientes. En aquel momento se produjo un equilibrio hidrostático, según el cual existía un balance entre la presión térmica que empujaba desde adentro hacia afuera y el peso del material que empujaba de afuera hacia adentro. La gravedad tira del centro hacia los bordes, lo que hace que poco a poco su forma se aproxime a un círculo tridimensional, es decir, a una esfera. En otras palabras, es la gravedad la que hace que los planetas tengan una forma pseudoesférica. Ahora bien, la esfericidad no es perfecta, debido a que los planetas tienen un movimiento de rotación que provoca que las regiones ecuatoriales sean ligeramente más alargadas que aquellas que está situadas en los polos. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |