Tiene mil veces más oxigeno del que debería, y los científicos no pueden explicarlo, a pesar de ello, los investigadores creen que se trata de un mundo demasiado frio para albergar la vida que conocemos...
Las cuatro mayores lunas de Júpiter son, además de grandes, algunos de los mundos más atractivos del Sistema Solar. Ahí tenemos IO, salpicado con sus más de 400 volcanes activos, o Europa, con su gigantesco océano subterráneo que muchos creen que oculta extrañas formas de vida. O Ganímedes, la mayor luna de nuestro sistema planetario, o el propio Calisto, el objeto con mayor número de cráteres de todo el Sistema Solar. Pero Calisto alberga también otro misterio, uno que los científicos llevan tiempo tratando, sin éxito, de explicar: su densa atmósfera contiene una cantidad de oxígeno sorprendentemente alta, y nadie sabe a ciencia cierta por qué. Se supone que este exceso tiene algo que ver con la poderosa magnetosfera de Júpiter, que podría estar expulsando moléculas de agua, hidrógeno y oxígeno desde la superficie de la luna hasta su atmósfera. Pero los últimos datos han demostrado que no. Para comprobarlo, en efecto, Shane Carberry Mogan, de la Universidad de California en Berkeley, se puso al frente de un equipo de investigadores, hizo los números y descubrió que el magnetismo de Júpiter no es suficiente para explicar la cantidad de oxígeno detectada en las observaciones. El trabajo se acaba de publicar en 'JGR Planets'. «Existe una enorme discrepancia -explica Carberry Mogan-. Nuestros datos estaban desviados en dos, incluso en tres órdenes de magnitud». Lo cual significa que en la atmósfera de Calisto hay entre 100 y 1.000 veces más oxígeno molecular del que se esperaría encontrar si la magnetosfera de Júpiter fuera la única responsable. La presencia de oxígeno en este mundo extraño podría colocar a Calisto en la lista de candidatos en el Sistema Solar para albergar vida, pero los investigadores creen que, a pesar de todo, esta luna de Júpiter está demasiado fría para la vida tal y como la conocemos. A pesar de ello, ese oxígeno sí que podría ser de gran utilidad para que las próximas generaciones de exploradores puedan usarlo como combustible o soporte vital en sus misiones al espacio profundo. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |