De la 'Edad de Piedra', hace más de 100.000 años, gracias a ellas, los científicos podrán desarrollar en el futuro nuevos fármacos y medicamentos...
Las nuevas técnicas de reconstrucción de genomas antiguos están permitiendo a los científicos revelar los secretos más íntimos de los microorganismos paleolíticos. En un nuevo estudio publicado en 'Science', un equipo interdisciplinar de investigadores del Instituto Leibniz de Investigación de Productos Naturales y Biología de Infecciones, el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y la Universidad de Harvard ha conseguido reconstruir los genomas de bacterias previamente desconocidas que vivieron en el Pleistoceno, hace más de 100.000 años. Los microbios son, sin duda, los mejores químicos de la naturaleza. De hecho, entre sus 'creaciones' podemos encontrar una gran variedad de antibióticos y otras sustancias terapéuticas que hoy se utilizan ampliamente en todo el mundo. Sin embargo, la producción de todos estos productos químicos naturales no es sencilla y, para fabricarlos, las bacterias dependen de tipos especializados de genes que codifican las proteínas necesarias para la tarea. En la actualidad, el estudio científico de los productos naturales microbianos se limita en gran medida a las bacterias vivas, pero dado que las bacterias han habitado la tierra durante más de 3.000 millones de años, existe un enorme 'tesoro' de productos naturales del pasado que siguen siendo desconocidos para nosotros. «En este estudio -asegura Christina Warinner, profesora asociada de antropología en la Universidad de Harvard y coautora principal- hemos alcanzado un hito importante al revelar la gran diversidad genética y química de nuestro pasado microbiano». «Nuestro objetivo -dice por su parte Pierre Stallforth, también coautor principal de la investigación- es trazar un camino para el descubrimiento de productos naturales antiguos e informar sobre sus posibles aplicaciones futuras». Cuando un organismo muere, su ADN se degrada rápidamente y se rompe en multitud de pequeños fragmentos. Los científicos pueden identificar algunos de estos fragmentos de ADN comparándolos con las bases de datos disponibles, pero durante años los arqueólogos microbianos han luchado con el hecho de que la mayoría del ADN antiguo no se puede comparar con nada de lo que se conoce hoy. Un problema de larga data, pero que los recientes avances en informática están empezando a solucionar. Las nuevas técnicas, en efecto, hacen posible volver a unir los fragmentos de ADN, como las piezas de un rompecabezas, para reconstruir genes y genomas desconocidos. El único problema es que la técnica no funciona demasiado bien en el ADN antiguo, muy degradado y fragmentado, como es el caso del que nos llega desde el Pleistoceno . «Tuvimos que repensar por completo nuestro enfoque», afirma el coautor Alexander Hübner. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |