'V404 Cygni' provoca un violento estallido de luz mientras devora su estrella, tiene unas 12 veces la masa del Sol y se encuentra a 8.000 años luz de la Tierra ...
Uno de los agujeros negros más cercanos a la Tierra ha vuelto a la vida con una violencia inusitada tras más de 25 años de inactividad. Este monstruo de la Vía Láctea está produciendo potentes brotes de luz a medida que devora parte de la estrella que lo acompaña. El fenómeno es uno de los más extremos que se han podido observar nunca y está ocasionando un enorme revuelo entre astrónomos profesionales y aficionados.
Es algo “que sólo se ve una vez en la vida”, explicaba ayer a Materia Erik Kuulkers, científico jefe del telescopio espacial Integral de la Agencia Espacial Europea (ESA). La tarde del 15 de junio, minutos después de aterrizar en Madrid, donde trabaja, Kuulkers vio el correo electrónico con la alerta enviada por el telescopio espacial Swift de la NASA. Había un repentino brote de rayos gamma y rayos x en la constelación Cygnus, o del Cisne, donde se encuentra el agujero negro. Kuulkers dirigió rápidamente hacia ese punto del cielo los ojos de Integral, comprobó la existencia de la erupción justo en ese punto y envió nuevas alertas para la comunidad internacional. Unos pocos días después “no hay observatorio del hemisferio norte, el único desde el que puede observarse este agujero negro, que no esté apuntando hacia él”, explica Teo Muñoz-Darias, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
“Este agujero se ha convertido ya en la fuente de rayos X más potente que se puede observar en el cielo y, si no fuera por la contaminación del polvo que hay entre nosotros, se podría observar desde la Tierra a simple vista”, resalta. Su luminosidad es unas 50 veces superior a la de la nebulosa del Cangrejo, que suele ser uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno a altas energías, ha explicado la ESA. Basta un pequeño telescopio de aficionado para poder ver el potente destello, que durará “dos o tres meses”, según ambos expertos.
El V404 Cygni es un sistema binario compuesto por un agujero negro con unas 12 veces la masa del Sol y la estrella que orbita a su alrededor, ligeramente más pequeña que nuestro astro. Está a 8.000 años luz, lo que le convierte en uno de los dos agujeros negros más cercanos a la Tierra. Ahora que ha vuelto a la actividad, también es el más brillante de forma esporádica, según Kuulkers. Estas dos características lo convierten en un fenómeno “único, que aparecerá seguro en los libros de texto”, resalta Muñoz-Darias.
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