Las rocas del valle de la muerte en California y de la laguna manchega del Altillo Chica son famosas por moverse aparentemente solas ...
Es uno de los misterios que constantemente aparecen en los relatos de lo inexplicable. Desde hace décadas los geólogos están intrigados por las piedras errantes –también llamadas deslizantes o ‘navegantes’– de Racetrack Playa, un lago generalmente seco del Valle de la Muerte en California (EE UU). Sin intervención humana ni animal, estas rocas parecen moverse solas, dejando el rastro del camino recorrido. Un fenómeno que también se da en España, en la laguna manchega del Altillo Chica. Algunos especialistas creen que las placas de hielo las engloban durante el invierno y facilitan su empuje por el viento, pero unos científicos españoles proponen otra hipótesis.
Se trata de una investigación realizada por un equipo de geólogos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que han descubierto que en el fondo seco de la laguna del Altillo Chica (en Lillo, Toledo) también aparecen piedras errantes de hasta 7 kg de peso, según publican en la revista Earth Surface Processes and Landforms. Las trazas que dejan son similares a las de Racetrack Playa y pueden superar los 100 metros de longitud.
Según explica a la agencia Sinc María Esther Sanz, una de las autoras, su hipótesis contempla que «se mueven durante el invierno, cuando se producen tormentas acompañadas de fuertes vientos». La investigadora cree que el viento es capaz de originar corrientes de agua «de hasta dos metros por segundo, que serían las verdaderas responsables del deslizamiento de las rocas».
Altillo Chica presenta una lámina de agua de unos 5 cm durante los meses de lluvia. Las piedras más grandes sobresalen y actúan como un obstáculo para las corrientes inducidas por el viento. En estas circunstancias, las turbulencias excavan el suelo alrededor de las rocas y crean un surco inicial, el comienzo de un rastro que incluso puede ascender por las orillas. Ver el articulo completo en: ABC.es / Ciencia |