El lanzamiento del satélite español de observación de la Tierra denominado 'Paz', que ha supuesto una inversión principalmente pública de 160 millones de euros, lleva más de un año de retraso...
La guerra que libran el Ejército de Ucrania y las milicias prorrusas ha provocado el retraso del lanzamiento del satélite español Paz, inicialmente previsto para 2013, lo que ha supuesto que la comercialización de sus servicios no haya arrancado aún y que, por consiguiente, no se haya podido todavía empezar a amortizar la inversión, que principalmente procede de las arcas del Estado. El coste que tiene su construcción y puesta en servicio asciende a unos 160 millones de euros.
De ese dinero, 135 millones son aportados por la operadora española de satélites Hisdesat, gracias a un crédito-riesgo que le concedió el Ministerio de Industria, Turismo y Energía. Hisdesat, a su vez, ya tiene firmado un contrato con Defensa para que le proporcione un determinado número de imágenes de alta resolución. La operación es, pues, el resultado de un acuerdo de colaboración público-privada (PPP). Además, este satélite de observación de la Tierra ha generado 425 empleos de alta cualificación en España, y otros 80 puestos más una vez esté operativo.
Hisdesat es una empresa nacional especializada en satélites de comunicaciones militares y gubernamentales que necesitan transmisiones muy seguras y usan la denominada banda X. Gestiona los satélites SpainSat y XTar-Eur que desde 2006 dan servicio a las Fuerzas Armadas y a las embajadas de España. Su accionariado se reparte entre compañías tecnológicas como Hispasat (43%); la sociedad pública perteneciente al Ministerio de Defensa, Isdefe (30%); Airbus Defence & Space (15%); Indra (7%); y SENER (3%).
En octubre de 2010 Hisdesat firmó un contrato con la empresa rusa International Space Company Kosmotras, para que la puesta en órbita de la plataforma Paz se llevara a cabo mediante un cohete Dnepr. Y es aquí donde se explica, en parte, el retraso. El Dnper es realmente un misil balístico intercontinental (ICBM) soviético -el SS-18 Satan, según la terminología de la OTAN- que fue modificado por un equipo de ingenieros de Rusia y Ucrania para que pudiera ser empleado como lanzador de cargas comerciales o institucionales. Su fabricación forma parte de un programa de cooperación entre ambos países que ahora está en entredicho a consecuencia de la guerra en la región de Donetsk. ¿Por qué se eligió el Dnepr y no otro cohete? Porque ya se había empleado con total eficacia en el lanzamiento de los dos hermanos gemelos alemanes del Paz, el TerraSAR y el Tandem-X. Ver el articulo completo en: ELMUNDO.es / Ciencia |