De la guerra, a la ciencia y de la ciencia al público en general. Es una premisa que suele repetirse en la producción de artículos científicos que pasan a ser bienes de consumo, muchos de los cuales se prueban primero en estaciones y naves espaciales.
Uno de estos lugares habituales para probar nuevos inventos son los telescopios de observación astronómica de última generación, tres de los cuales, La Silla, Paranal y ALMA, se encuentran en Chile. Todos están situados en el desierto de Atacama, el mejor lugar del mundo para la observación del cosmos debido a la altura y a las condiciones atmosféricas, y son operados por la ESO (Observatorio Europeo Austral).
La Silla está emplazado a 2.400 metros de altura en la región de Coquimbo, a unos 600 kilómetros de Santiago y cuenta con una serie de telescopios ópticos con espejos de hasta 3,6 metros de diámetro. Paranal, en tanto, está a 2.600 metros de altura, a unos 1.360 kilómetros de Santiago, en la región de Antofagasta y alberga entre otros el emblemático 'Very Large Telescope' (VLT).
Finalmente, Chajnantor se halla a 5.104 metros de altura, en la misma región y acoge el radiotelescopio ALMA, compuesto por 66 antenas que operan de forma combinada para captar señales desde el espacio invisible.
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