Y descubren que la NASA podría llevar equivocada más de 30 años, desde el análisis de los datos recogidos por la Voyager 2, ambos planetas se consideraban 'gigantes de hielo', sin embargo un nuevo estudio afirma que podría no se así...
Un nuevo análisis sobre Urano y Neptuno plantea que la NASA podría haber mantenido una idea errónea durante más de tres décadas acerca de la composición de estos planetas. Los científicos sugieren que, lejos de ser “gigantes de hielo”, podrían estar formados en gran parte por material rocoso, lo que transformaría la visión actual del sistema solar. Durante más de treinta años, se consideró que estos dos planetas estaban compuestos principalmente por mezclas congeladas de agua, amoníaco y metano. Sin embargo, una investigación preimpresa que será publicada pronto en la revista Astronomy & Astrophysics ha puesto en duda esa interpretación, indicando que la proporción de roca podría ser mucho mayor de lo estimado. Esta revisión científica sugiere que el término “gigantes de hielo” podría dejar de ser apropiado para definirlos. Los investigadores sostienen que la información disponible sobre ambos planetas sigue siendo escasa. La última misión que los visitó fue la Voyager 2 hace más de 30 años, lo que obliga a los astrónomos a basarse en observaciones indirectas, como la medición de sus campos magnéticos y los movimientos de sus satélites naturales, para deducir la estructura interna de estos mundos lejanos. El equipo responsable del estudio decidió crear miles de simulaciones informáticas con diferentes proporciones de roca, agua y gas, sin depender de supuestos previos. Después, compararon esos modelos con todos los datos observacionales disponibles. El resultado mostró que las posibles composiciones de ambos planetas varían de forma extrema: Urano podría tener desde casi todo su volumen compuesto por agua hasta ser predominantemente rocoso, mientras que Neptuno podría contener hasta cinco veces más agua que roca o, en el escenario opuesto, el doble de roca que agua. Los expertos señalan que esta incertidumbre implica que el conocimiento actual sobre sus interiores podría estar muy lejos de la realidad. Además, los modelos generados explican la existencia de materiales conductores eléctricos en su interior, lo que permitiría comprender mejor la complejidad de sus campos magnéticos, uno de los aspectos más desconcertantes de ambos planetas. Si se confirma que Urano y Neptuno son en realidad “gigantes rocosos”, los astrónomos tendrían que revisar los actuales modelos de formación planetaria. La posibilidad de que en las zonas más alejadas del Sol se acumulara tanto material sólido obliga a replantear cómo se formaron los planetas exteriores y qué procesos favorecieron su crecimiento. Leer el articulo completo, clic! enlace: 👇 El Confidencial.com / Ciencia |