Las plantas catalogadas por el naturalista en los Andes en 1802 se han movido de sitio y crecen ahora a mayor altitud por el calentamiento global ...
En su viaje de cinco años y 10.000 kilómetros por tierras de la entonces América hispana, el naturalista alemán Alexander von Humboldt llegó hasta el volcán Chimborazo en el verano de 1802. Con sus 6.268 metros, la imponente mole, situada en los Andes ecuatorianos, era la montaña más alta del mundo conocido por la ciencia occidental de entonces. Con su tradicional meticulosidad, Humboldt anotó las especies vegetales que había a cada altura mientras lo escalaba. 200 años después, una expedición científica ha seguido los pasos del científico prusiano para comprobar que el cambio climático está cambiando las plantas de sitio.
El calentamiento global está adelantando la primavera y modificando la distribución espacial de especies animales y vegetales. Con las temperaturas más suaves, cada vez se las ve más al norte. El fenómeno se ha constatado especialmente en las zonas templadas del planeta. Pero, en cuanto a las especies ecuatoriales, en particular las de montaña, apenas hay estudios. En parte se debe a que no existen registros históricos con los que comparar. Con la excepción del sacerdote y botánico español José Celestino Mutis y Humboldt (ambos se encontrarían en América), muy pocos naturalistas habían estudiado la distribución de las plantas en los trópicos y ninguno las cartografió como el alemán.
Por eso el Tableau physique es tan especial. Dibujado por Humboldt para su Ensayo sobre la geografía de las plantas es para algunos una obra maestra de la infografía siglos antes de que esta disciplina existiera. El dibujo muestra de un vistazo toda la información que el naturalista prusiano reunió sobre el Chimborazo. Con su grado de detalle, con sus 16 columnas dedicadas a la temperatura, humedad, la presión atmosférica... con una sección del volcán donde detalla qué especies de plantas había a cada altura, hasta donde llegan los cultivos de patatas o dónde pastan las llamas y el límite inferior del glaciar, es la mejor ventana a la biodiversidad del pasado y una fuente única para ver cuánto la han cambiado los humanos.
"En el 2010 salió una nueva traducción en inglés del Ensayo sobre geografía de plantas, recuerda la investigadora hispano-danesa Naia Morueta-Holme. "Mi director de tesis en la Universidad de Aarhus (Dinamarca), el profesor Jens-Christian Svenning, pensó que sería una buena idea volver al Chimborazo y revisitar la montaña. Al principio me pareció una locura, pero no tardé en convencerme de que era una idea muy original, sobre todo después de leer el ensayo completo y aprender más sobre Humboldt. Viendo lo escrupuloso que fue en sus anotaciones, me convencí de que, además de una aventura, sería posible", añade una Morueta-Holme que ahora trabaja en la Universidad de California, Berkeley.Leer el articulo completo, clic! enlace: ELPAÍS.com / Ciencia |