Un fenómeno originado en la atmósfera era capaz, en el pasado, de iluminar las noches tanto como para leer un periódico o ver el horizonte, el mundo tecnológico en la actualidad lo impide ...
En el mundo tecnológico en que vivimos la oscuridad es un lujo, especialmente bajo el cielo nocturno. Pero ya hace siglos, cuando el mundo estaba sumido en las tinieblas y solo iluminado por el fuego o por las primeras bombillas, científicos, filósofos y hasta periodistas escribieron sobre misteriosas noches tan brillantes que se podía ver el perfil de las montañas, leer un periódico o ver la hora del reloj. Plinio el Viejo, llamó a este fenómeno el «Sol nocturno», y dijo de él que pudo verse, por ejemplo, en Roma, durante el consulado de Cecilio y Gneo Papirio Carbón, en el año 113. Mucho después, varios artículos periodísticos mencionaron su aparición en algunas noches de 1783, 1908 y de 1916.
Un estudio que ha sido aceptado para ser publicado en Geophysical Research Letters ha ofrecido una explicación para ese extraño fenómeno. Según han propuesto, su origen está en un brillo verdoso y natural que se produce como consecuencia de la actividad de los átomos de oxígeno en la atmósfera superior, y que se ha podido observar muchas veces desde el espacio o en observatorios astronómicos. Pero, cuando se dan las condiciones adecuadas en las partes más altas de la atmósfera, la intensidad de este efecto se multiplica en puntos concretos del planeta, y puede llegar a ser perceptible y muy intenso siempre y cuando no haya contaminación lumínica.
Una prueba de la existencia de este fenómeno es que «el registro histórico es muy coherente, incluso a través de los siglos, y contiene descripciones muy similares», tal como ha dicho Gordon Sheperd, investigador en la Universidad de Toronto (Canadá) y primer autor del estudio. Y eso a pesar de que se trata de un evento raro y que ocurre de forma muy localizada. «Las noches brillantes existen y son parte del brillo que puede ser captado por los instrumentos de los satélites», ha afirmado el investigador.
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