Científicos de Harvard abren una puerta a una revolución energética al probar con éxito un sistema que transforma los rayos del Sol en combustible líquido ...
La perforación del suelo para encontrar combustible, incluida su versión más moderna del fracking, podría tener una primera alternativa real. La respuesta no estaría en el viento, sino en el cielo. Ni siquiera en la energía solar como tal, que hoy proporciona resultados limitados y costosos para las abundantes necesidades humanas, sino en un mejor aprovechamiento mediante su transformación en combustible líquido. Tan sencillo (y complejo) como imitar el proceso de fotosíntesis de las plantas.
No es difícil imaginar la revolución que supondría la capacidad de generar energía limpia de esta forma en cantidades industriales. Para empezar, un abaratamiento que integraría a los países en vías de desarrollo y el principio del fin de la amenaza del cambio climático, con un CO2 sin impurezas. La dimensión del cambio se completaría con una transformación del concepto mismo de su fabricación y distribución, que pasaría de una producción centralizada (para su posterior reparto), como la del petróleo, a otra local, con el consiguiente vuelco a la geopolítica del Planeta.
El paso decisivo lo acaban de completar científicos de la Universidad de Harvard. Primero fue la creación de una hoja artificial, capaz de reproducir artificialmente el fenómeno que con naturalidad llevan a cabo las plantas. Hasta ahora, este tipo de hojas habían permitido convertir la luz natural en hidrógeno y fabricar pilas de combustible.Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |