Científicos aseguran que es posible sepultar importantes cantidades de dióxido de carbono solo mezclándolo con agua y bombeándolo en zonas abundantes en rocas basálticas ...
Los combustibles fósiles se llaman así porque provienen de antiguas fuentes de energía y carbono que están enterradas en el subsuelo. Fueron creadas en otras eras geológicas, cuando la muerte de las plantas y los organismos con el tiempo permitió que la materia viva quedara fosilizada. De esta forma, ese carbono que circulaba entre los seres vivos a través de la respiración, la alimentación y la fotosíntesis, quedó fuera del sistema. Al menos hasta que el ser humano comenzó a quema carbón o petróleo y lo volvió a poner en movimiento, aumentando los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera y por eso contribuyendo al efecto invernadero y por tanto al calentamiento global.
Aparte del vaporoso objetivo de reducir las emisiones contaminantes, algunos geofísicos trabajan en volver a enterrar el exceso de CO2 en el subsuelo. Su idea es cazar este gas y tratar de favorecer reacciones químicas que lo fijen a las rocas o a otros compuestos, por ejemplo aprovechando las grandes cavidades dejadas al extraer el petróleo o el gas de las reservas. Pero hasta ahora, la opinión mayoritaria es que este proceso podría llevar cientos o miles de años. Al menos hasta este jueves. Porque, según un estudio presentando en Science, es posible inyectar importantes cantidades de CO2 al subsuelo y conseguir que se fije a las rocas en tan solo un par de años.Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |