Investigadores del Grupo de Astrofísica de la Universidad de 'Warwick' descubren que este planeta quedo inútil para la vida por la intensa actividad de su estrella, que lo inunda regularmente con una enorme cantidad de radiación, con la energía equivalente a cien mil millones de megatones o un millón de toneladas de TNT...
El pasado mes de enero, astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA), anunciaban a bombo y platillo el hallazgo de ocho nuevos mundos parecidos a la Tierra. Uno de ellos, además, llamado Kepler 438b, resultó ser el planeta más parecido al nuestro de todos los exoplanetas descubiertos hasta el momento (cerca de 4.000). De hecho, Kepler 438b se encuentra en la «zona de habitabilidad» de su estrella (la distancia precisa para que pueda existir agua líquida), su diámetro es apenas un 12% superior al terrestre y recibe cerca de un 40% más de luz que nuestro propio mundo. Condiciones, en principio, que le convertían en un firme candidato para ser habitable.
Sin embargo, otro equipo de investigadores del Grupo de Astrofísica de la Universidad de Warwick acaba de descubrir que Kepler 438b quedó inútil para la vida debido a la intensa actividad de su estrella, que lo inunda regularmente con una enorme cantidad de radiación.
Los científicos creen que la atmósfera que recubría el planeta fue, literalmente, «arrancada» por una serie de «super llamaradas» emitidas por su sol, una enana roja denominada Kepler 438. El proceso sería similar al que se supone que «desnudó» a Marte de su «traje atmosférico» en nuestro propio Sistema Solar, hace varios miles de millones de años.
«Esterilizados» por sus estrellasLas violentas llamaradas que arrasan la superficie de Kepler 438 se siguen produciendo hoy con regularidad. Son diez veces más potentes que las mayores llamaradas registradas en nuestro Sol y barren el planeta una vez cada pocos cientos de días con la energía equivalente a cien mil millones de megatones (energía contenida en un millón de toneladas de TNT).Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |