Para viajar a Marte es necesario generar un ecosistema artificial completo: (oxigeno, agua y alimento) que quepa dentro de una nave espacial, con un mínimo de 35 toneladas ...
Son las 9 de la mañana y las "princesitas", como las llaman aquí, ya duermen acurrucadas unas contra otras en su compartimento estanco. Son animales nocturnos por lo que, a estas horas, la cantidad de oxígeno que respiran es menor que durante la noche. El sistema de control lo detecta y apaga un poco las bombillas que iluminan las microalgas del reactor número 4, el que produce el oxígeno necesario para que las ratas, aisladas de la atmósfera exterior, no se asfixien. El experimento ha durado un mes, y según Francesc Godia, director de la planta piloto del proyecto MELiSSA en la Universidad Autónoma de Barcelona, “ha sido un éxito”. Un paso más en la escalada tecnológica que busca llevar al hombre a Marte.
La cantidad de material biológico (oxígeno, agua y alimento) que necesita y produce una persona durante un día pesa unos 20 kilos, por lo que una misión de ida y vuelta a Marte tripulada por seis astronautas cargaría con un mínimo de 35 toneladas. “No hay nave en este momento que pueda acarrear más de nueve”, afirma Godia. Así que, para ir más allá de la Luna o instalar una base habitada en el satélite, las agencias espaciales están desarrollando lo que llaman “Sistemas de Soporte de Vida”. El proyecto MELiSSA (acrónimo en inglés de Sistema Alternativo de Soporte Microecológico para la Vida) es uno de ellos, pero contempla en su desarrollo algo diferente a los demás: microorganismos.
“En la Estación Espacial Internacional ya se están utilizando sistemas de soporte de vida pero son parciales y basados en reacciones fisicoquímicas", explica, enfundado en su bata blanca, Enrique Peiro, director técnico de la planta piloto. "Nosotros en cambio, además de agua y oxígeno reciclamos residuos para obtener alimento. Intentamos generar un ecosistema artificial completo”. Algo que hasta ahora solo ha conseguido la Naturaleza.Leer el articulo completo y ver vídeo, clic!: ELPAÍS.com / Ciencia |