"No debería haber estado allí", es ingeniero de Software y astrónomo en la Universidad de Hawái. Fue el primero en detectar el objeto, pero imáginó que se trataba de un cometa como cualquier otro...
La detección se produjo durante una revisión rutinaria de datos procedentes del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés), una red de telescopios diseñada para rastrear objetos en movimiento y anticipar posibles amenazas para a la Tierra. En ese momento, el punto luminoso no destacaba sobre otros candidatos habituales y encajaba, en apariencia, dentro de los parámetros de un objeto próximo al sistema solar. “No debería haber estado allí”, reconoció Denneau al explicar cómo aquel cuerpo celeste terminó revelando una trayectoria incompatible con una órbita ligada al Sol. Siguiendo el protocolo habitual, el astrónomo validó la señal y la remitió al Minor Planet Center, sin ser consciente de que se trataba de uno de los descubrimientos más singulares de los últimos años. Las observaciones posteriores realizadas por distintos telescopios permitieron reconstruir el movimiento del objeto con mayor precisión. Los primeros cálculos orbitales, elaborados de forma independiente por el Minor Planet Center y el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, mostraron resultados anómalos que no coincidían con ningún patrón típico del sistema solar conocido hasta la fecha. “Las soluciones orbitales eran muy pobres y mostraban que el objeto se movía demasiado rápido”, explicó Denneau, señalando que esa velocidad solo podía explicarse si el cometa no estaba gravitacionalmente vinculado al Sol. Esa evidencia llevó a su clasificación oficial como 3I/Atlas, el tercer visitante interestelar observado tras 1I/‘Oumuamua y 2I/Borisov. Leer el articulo completo, clic! enlace: 👇 El Confidencial.com / Ciencia |








