¿Qué pasaría si disparases una pistola en el espacio? La prueba ya se hizo en 1975 y esto es lo que ocurrio. ¿Qué ocurriría si se activara un arma más álla de nuestro planeta? La ciencia tiene respuestas sorprendentes y un experimento soviético real demuestra que no todo es ciencia ficción...
Disparar un arma en el espacio no es una escena exclusiva del cine de ciencia ficción. Aunque suene extraño, es un escenario que la ciencia ha contemplado y que incluso fue puesto a prueba por una potencia mundial en plena Guerra Fría. ¿Pero cómo funciona un arma fuera de la atmósfera terrestre? Una bala puede ser disparada en el vacío porque no necesita oxígeno para encenderse. Según explican desde la BBC, los cartuchos de munición ya contienen un agente oxidante que permite que la pólvora se encienda sin depender del aire. Además, el mecanismo de resortes en las armas reemplaza la necesidad de gravedad para introducir la siguiente bala en la recámara. Lo que realmente pone a prueba el funcionamiento del arma en el espacio son las temperaturas extremas. Las armas pueden sobrecalentarse por la exposición directa al sol, o congelarse al quedar a la sombra, donde las temperaturas pueden caer en picado. En este último caso, el percutor podría fallar, o las piezas metálicas del arma podrían volverse frágiles y provocar un atasco, según detalla el mismo medio. Si un disparo llega a producirse con éxito, la bala seguiría viajando sin freno. A diferencia de la Tierra, donde la gravedad y la resistencia del aire detienen el proyectil a los pocos kilómetros, en el espacio la bala podría continuar su trayectoria indefinidamente hasta chocar con algún objeto, como un satélite o incluso un planeta, si se dieran las condiciones. El retroceso también plantea un desafío inesperado. En el planeta, el cuerpo del tirador absorbe el retroceso gracias a la gravedad y al contacto con el suelo. Pero un astronauta que dispare una pistola en órbita sería empujado hacia atrás lentamente, como si flotara, debido a la ausencia de fricción. Detener ese movimiento requeriría impulsarse con pequeños motores o chocar contra una superficie firme. Aunque parece una hipótesis lejana, ya se ha hecho una prueba en el espacio. Durante los años 70, en plena tensión entre bloques, la Unión Soviética equipó su estación espacial Salyut-3 con un cañón automático R-23M. La prueba se realizó en 1975, justo antes de que la estación se desintegrara en la atmósfera. Según los registros, dispararon 20 proyectiles que nunca llegaron a salir al espacio profundo, ya que ardieron al reingresar. Leer el articulo completo, clic! enlace: 👇 El Confidencial.com / Ciencia |