¿Por qué es excepcional y que puede enseñarnos? El Sistema Planetario 'HD110067', por su proximidad y características, esta destinado a convertirse en una especie de 'Piedra Rosetta' que nos permitirá descifrar numerosos problemas...
Desde la Antigüedad hasta la Revolución científica a comienzos del siglo XVII diversos pensadores, incluyendo a Pitágoras y a Johannes Kepler, han especulado con una armonía celestial que permitiera entender el movimiento de los astros. La clasificación es un primer paso en este proceso y los miles de planetas descubiertos más allá del Sistema Solar han permitido identificar al menos ocho familias diferenciadas. Alrededor del Sol encontramos cuatro de ellas: gigantes de gas como Júpiter, de hielo como Neptuno, rocosos y similares a la Tierra o análogos a Marte, más pequeño y menos denso. Pero los más de cinco mil exoplanetas incluyen otras categorías como súpertierras, subneptunos, subjovianos o súperjovianos, definidos por sus tamaños. Generalmente estos objetos celestes se encuentran en sistemas planetarios simples, con pocos planetas girando en órbitas próximas alrededor de la estrella central, efecto de los métodos utilizados. En algunos casos se han identificado sistemas bastante más complejos. Hasta ahora no se ha encontrado un verdadero análogo al Sistema Solar. La estrella HD110067, situada a unos 100 años-luz y algo más fría y menos masiva que el Sol, tiene un complejo sistema planetario formado por al menos seis subneptunos, con tamaños entre dos y casi tres veces la Tierra y alcanzando la masa del más grande casi ocho veces la de nuestro mundo. Los tiempos que tardan en dar una vuelta completa están entre 9 y 55 días. Su característica más notoria es la extraordinaria sincronización entre estos periodos orbitales. Por cada vuelta del más externo el más cercano a la estrella central da exactamente seis. Los cuatro planetas intermedios también están acompasados en esta perfecta danza. Así, cada 492 días se repite exactamente la misma configuración y los seis planetas regresarían a la misma posición inicial. Es como si un reloj tuviera seis manecillas y con perfecta periodicidad todas marcaran las doce. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |