Desde una perspectiva científica, un nuevo libro analiza esta intrigante posibilidad y la considera como la más probable ...
Desde hace décadas, los objetos voladores no identificados (OVNI) han captado la atención de miles de personas en todo el mundo. Muchos son ya los que han relatado avistamientos, contactos, incluso abducciones por parte de esos misteriosos «platillos volantes». Pero sean esas experiencias realidad o simples fantasías, lo cierto es que el llamado «fenómeno OVNI» se ha convertido en una cuestión pública y sobre la que todos, o casi todos, han opinado alguna vez. ¿Quién si no puede decir que nunca ha debatido con familiares o amigos sobre la posible existencia de extraterrestres? Incluso la Ciencia, siempre pragmática e incrédula, está dejando últimamente la puerta abierta a la existencia de otras civilizaciones inteligentes. El hallazgo de miles de planetas alrededor de otras estrellas y de los ingredientes básicos de la vida incluso en los rincones más remotos del Universo ha llevado a los científicos a considerar seriamente la posibilidad de que, después de todo, podríamos no estar tan solos en la inmensidad del Cosmos. Lo cual, por supuesto, no significa que acepten el hecho de que los alienígenas nos estén visitando continuamente. Una cosa es admitir que en un Universo con billones de planetas es absurdo pensar que solo uno esté habitado, y otra muy distinta es creer que «ellos» ya están entre nosotros. A principios de la pasada década de los 50, el físico italiano Enrico Fermi resumió la cuestión en una sola pregunta. Si hay, como parece, tantas probabilidades de que la vida haya arraigado en otros planetas, e incluso de que en algunos de ellos haya evolucionado hasta la inteligencia, ¿dónde está todo el mundo? ¿Por qué no conseguimos ver a nadie? Desde entonces, son muchos los que han aportado todo tipo de soluciones a la llamada «paradoja de Fermi»: inteligencias surgidas en mundos oceánicos bajo gruesas capas de hielo (como sucede con Encelado o Europa en nuestro Sistema Solar) y sin acceso a las estrellas; extrema dificultad, en un Universo tan vasto, de coincidir en la misma región de espacio y al mismo tiempo con otras civilizaciones; especies muy avanzadas que evitan el contacto para no «contaminar» nuestro desarrollo... Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |