Por primera vez, la sonda Rosetta ha observado los continuos cambios en la superficie de un cometa en su viaje por el interior del Sistema Solar, la transformación incluye el colapso de acantilados enteros y una gran erosión ...
El pasado septiembre, la Agencia Espacial Europea (ESA) ponía fin a la apasionante misión Rosetta, la primera de la historia en aterrizar sobre un cometa, al estrellar la nave del mismo nombre contra la roca 67P/Churyumov Gerasimenko tras más de dos años de observaciones. Los científicos confirmaban la «muerte» programada de la sonda, pero advertían que la historia no acababa allí, ni mucho menos, ya que habían recogido tanta información que tardarían décadas en procesarla. Este martes, la revista Science publica algunos de esos resultados, una investigación en la que participan especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Gracias a las observaciones de Rosetta, por primera vez se ha podido conocer cómo cambia un cometa cuando se acerca al Sol. Y la transformación, que incluye el derrumbe de acantilados enteros, es impresionante.
Los cometas, cuerpos helados que proceden de las regiones externas del Sistema Solar, adquieren su apariencia típica cuando se aproximan al Sol. Entonces, los hielos se subliman y aparecen la famosa cola y la coma, la envoltura gaseosa que rodea al núcleo. Pero precisamente lo que ocurre en ese núcleo durante el viaje ha sido hasta ahora un misterio, ya que queda oculto tras la coma. Eso es lo que ha desvelado la cámara Osiris de Rosetta, que pudo cartografiar detalladamente y en alta resolución la superficie de 67P desde su despertar en mayo de 2014 hasta el máximo acercamiento al Sol (lo que se denomina perihelio) en agosto de 2015, y en su progresivo distanciamiento del mismo.La comparación de las imágenes obtenidas a lo largo de dos años ha permitido descubrir el derrumbamiento de cordilleras en las regiones de Seth y Ash, la prolongación en unos 30 metros de la fractura de más de medio kilómetro de largo que atraviesa el cuello del cometa y la formación de otras más pequeñas paralelas a esta. También se ha detectado el desplazamiento de grandes masas rocosas. Así, en la región de Khonsu, una roca de más de 20 metros de lado y con un peso equivalente en la Tierra de 250 kilos se movió unos 140 metros, posiblemente debido a eventos explosivos ocurridos en el entorno. Leer el articulo completo y ver el vídeo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |