Estaban ocultos cerca de nuestra galaxia, están rodeados de un disco de gas y polvo que ha impedido que sean detectados por la mayoría de telescopios terrestres, pero no para los espaciales ...
Los científicos saben desde hace décadas que la mayoría de las galaxias albergan en su centro un agujero negro supermasivo. Incluso nuestra Vía Láctea tiene el suyo. El material que cae en ellos se calienta de manera muy violenta en el último tramo de su viaje, lo que a menudo produce una fuente intensa de rayos X.
Precisamente, eso es lo que ha delatado la presencia de dos monstruosos agujeros negros que habían permanecido ocultos hasta ahora en los corazones de sendas galaxias «cercanas» a la nuestra (en términos cosmológicos). Los ha descubierto un telescopio espacial de la NASA llamado NuSTAR, preparado para rastrear esas emisiones de alta energía, que ha podido atisbar estas regiones de gravedad extrema tras una oscura cortina de gas y polvo.
«Estos agujeros negros están relativamente cerca de la Vía Láctea, pero han permanecido ocultos a nosotros hasta ahora», explica Ady Annuar, investigador de la británica Universidad de Durham. El científico ha presentado estos resultados en la reunión de la Sociedad Astronómica Americana en Grapevine, Texas. «Son como los monstruos que se esconden debajo de la cama», bromea.
Ambos agujeros negros son los motores centrales de lo que los astrónomos llaman «núcleos activos de las galaxias», una clase de objetos extremadamente brillantes que incluye cuásares y blazares. Dependiendo de cómo estos núcleos galácticos están orientados y de qué tipo de material los rodea, aparecen muy diferentes cuando son examinados con telescopios.Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |