Astrofísicos han descubierto que el halo, la gigantesca nube de plasma ionizado que rodea la galaxia, rota a una velocidad similar, lo que ayudará a entender el origen de estrellas y planetas ...
En esa pista de baile que es el Universo, la Vía Láctea gira sobre sí misma a una velocidad, nada desdeñable, de 869.000 kilómetros por hora. Aunque lo más correcto sería decir que, en realidad, quien gira a esa velocidad es un disco imaginario en el que se acumulan la mayoría de las cosas que hay en la galaxia, como cientos de miles de millones de estrellas, más una buena colección de planetas, polvo y gas.
Más allá de eso hay una nube de gas muy caliente, que con imaginación podría asemejarse a un vestido vaporoso de dimensiones colosales (tanto como para llegar a las decenas de miles de años luz). La cuestión es que hasta ahora, la mayoría de los astrofísicos pensaban que esa nube de gas estaba inmóvil. Pero un reciente estudio publicado en «Astrophysical Journal», en el que han participado tanto la ESA como la NASA, ha concluido que este halo se mueve a una velocidad similar a la del disco y en la misma dirección.
«La gente sencillamente asumía que el disco de la Vía láctea giraba, pero que su gigantesca reserva de gas del halo estaba quieta», ha dicho Edmund Hodges-Kluck, el principal autor del estudio e investigador en la Universidad de Michigan, en un comunicado de la NASA. «Pero esto estaba mal, este halo está rotando también».
En concreto, mientras que el disco gira a una velocidad media de 869.000 kilómetros por hora, el halo gira un poco más despacio, a 644.000 kilómetros por hora. Pero, ¿de qué sirve descubrir esto?
«La rotación del halo es una pista incomparable para entender cómo se formó la Vía Láctea», ha dicho Hodges-Kluck. «Nos dice que esta atmósfera caliente es la fuente original de un montón de la materia del disco».Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |