'David Nesvorny' calcula que sería más grande que Neptuno, y que su órbita se habría situado entre Saturno y Urano, así como influido en el cambio gravitacional del primero de los planetas nombrados...
El astrónomo David Nesvorny, del Instituto de Investigación del Sureste en Boulder (Colorado) ha publicado un artículo en «The Astronomical Journal», «Science Magazine» y «New Scientist» en el que apunta la posibilidad de que el Sistema Solar hubiera albergado a un quinto planeta gigante hace 4.000 millones de años, ha informado el blog especializado «IFL Science».
Este hipotético planeta habría sido un Neptuno algo más grande y se situaría entre Saturno y Urano hasta que, por alguna razón todavía desconocida, fue «expulsado» del Sistema Solar. Esta teoría fue apuntada por primera vez en 2011, pero ha sido revisada por Nesvorny tras estudiar más detenidamente el grupo de alrededor de 25.000 rocas heladas denominadas «kernel», que residen en el Cinturón de Kuiper que se encuentra en el borde de nuestra Galaxia. A juicio del astrónomo, todos estos materiales serían la mejor prueba de la existencia de este planeta en nuestro Sistema Solar primitivo.
En concreto, la mayoría de estos objetos helados del «Cinturón de Kuiper» se encuentran dispersos por todo el Sistema Solar, y órbitan en el mismo plano que los planetas. Algo que se desconocía hasta ahora. Este astrónomo ha defendido que los materiales que forman este Cinturón se encontraban bajo la influencia de la gravedad de Neptuno, planeta que orbitaba a 4.200 millones de kilómetros de distancia del Sol; mientras que las rocas Kernel que son parte de este cinturón lo hacían a 6.900 millones de kilómetros.
Sin embargo, de repente, hace 4.000 millones de años, la órbita de Neptuno fue movida 7,5 millones de kilómetros más hacia el exterior. Las rocas que formaban ya el Cinturón de Kuiper no lograron adaptarse a los cambios y escaparon del soporte de Neptuno, y se situaron en su actual localización. Como ha declarado Nesvorny para «Science Magazine» el «Cinturón de Kuiper» es la pista ya que, a su juicio, «ves los modelos e intentas solucionar qué tipo de evolución habrán tenido estas estructuras».Ver el articulo completo en: ABC.es / Ciencia |