La nave espacial MESSENGER, de la NASA, se estrelló contra Mercurio el 30 de abril y dio por finalizada así una misión de un año en la cual realizó descubrimientos inesperados sobre el planeta más interior. La historia de hoy resume algunos de los hallazgos más sorprendentes de la nave MESSENGER ...
En esta hermosa vista, se han realzado los colores del planeta más interno del sistema solar tomando como base los datos globales de la imagen aportados por la nave espacial MESSENGER que orbitaba Mercurio. Más información, en idioma inglés.
El planeta que está más cerca del Sol es, irónicamente, uno de los más fríos.
Ese es solo uno de los muchos e increíbles descubrimientos sobre Mercurio que la nave espacial MESSENGER* (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging, en idioma inglés, o Superficie, Ambiente espacial, Geoquímica y Cálculo de la Distancia de Mercurio, en idioma español) hizo llegar a la Tierra durante los últimos 7 años. Hoy más temprano, la misión llegó a su fin con un choque tan espectacular como lo son algunos de sus hallazgos.Los controladores de la misión, en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory, en idioma inglés), ubicado en Laurel, Maryland, han confirmado que MESSENGER chocó contra la superficie de Mercurio el 30 de abril a las 3:26 de la tarde (EDT – hora diurna del Este). La nave había usado el último de sus propulsores el 24 de abril y no pudo mantener una órbita estable. Viajando a alrededor de 14.082 kilómetros por hora (8.750 millas por hora), la nave espacial que caía en picada hizo un cráter nunca visto en el lado del planeta que está opuesto a la Tierra. “Extinguiéndose con un estruendo al impactar contra la superficie de Mercurio, estamos celebrando que MESSENGER es más que una misión exitosa”, dice John Grunsfeld, un administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas, en las oficinas centrales de la NASA, ubicadas en Washington. “Ahora, comenzamos la siguiente fase de esta misión: analizar los emocionantes datos que ya están en los archivos y develar los misterios de Mercurio”.
Estos son algunos de los hallazgos más importantes que MESSENGER ha revelado hasta el momento:
La cara oculta de Mercurio: A mediados de la década de 1970, cuando la nave Mariner 10 sobrevoló Mercurio tres veces, la sonda tomó imágenes de menos de la mitad del planeta. Hasta que llegó MESSENGER, el resto de Mercurio era un misterioso terreno. MESSENGER fue la primera nave espacial que vio la totalidad de la poderosa cuenca Caloris (uno de los accidentes geográficos más grandes y más jóvenes del sistema solar creados por un impacto). Además, MESSENGER detectó respiraderos volcánicos ubicados alrededor del borde de la cuenca, lo que demuestra que el vulcanismo, y no solamente los impactos, ha dado forma a la superficie del planeta más interior.
La ironía de los polos de Mercurio: Mercurio parecería ser un lugar improbable para hallar hielo. Pero la inclinación del eje de rotación de Mercurio es prácticamente cero (menos que un grado); por lo tanto, el piso de los cráteres en los polos del planeta nunca ve la luz del Sol. Los científicos sugirieron hace décadas que podría haber agua congelada atrapada allí. La idea recibió más respaldo en el año 1991, cuando el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, y la antena Goldstone, ubicada en California, detectaron reflexiones de radar inusualmente brillantes, las cuales emanaban de los polos de Mercurio (la clase de reflexiones que produciría el hielo). Desde la órbita de Mercurio, MESSENGER pudo mirar hacia abajo y ver los polos del planeta como no ha podido hacerlo ninguna otra nave espacial o telescopio, y confirmó lo improbable: los cráteres que están permanentemente en sombras cerca de los polos de Mercurio tienen temperaturas menores que -173°C (280°F), y el hielo de agua es estable en sus superficies oscuras más internas. Parte del hielo polar está cubierto por un misterioso material orgánico oscuro que los investigadores todavía no conocen bien.
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