Se llaman "miodesopias" o "flotaers" en inglés. Aparecen cuando la luz atraviesa ciertas impurezas en el interior del globo ocular ...
Hay quien dice que el alma se refleja en la mirada, pero sería más riguroso decir que es el sistema nervioso lo que se ve a través de los ojos. Quizás las ideas no radian como puntos de luz en las pupilas, como decía Bécquer, pero a través de ellas el encéfalo registra el mundo que le rodea. Y lo hace a través de unas «máquinas» muy refinadas que permiten enfocar las imágenes, adaptarse a las condiciones de iluminación o mantener su temperatura a pesar de los rayos de sol usando un sistema parecido al de un radiador. Pero hasta el globo ocular tiene sus pequeños defectos.
Unos de ellos son las llamadas moscas flotantes o miodesopsias, unos grumos o sombras que pueden verse en el campo visual cuando miramos un fondo claro y homogéneo, como puede ser el cielo. Aparecen cuando ciertas moléculas se aglutinan y apelmazan en el interior del ojo y se interponen con los rayos de luz que llegan a la retina, una capa sensible a la luz y encargada de mandar la información al sistema visual. Más o menos de forma parecida a lo que ocurre cuando alguien se levanta de la butaca de un cine y se ve su sombra en la pantalla.
«Las moscas son pequeños grumos que aparecen con el paso del tiempo en el humor vítreo, una gelatina que rellena el interior del ojo», explica Jordi Monés, médico oftalmólogo y retinólogo y director del Instituto de la Mácula y de la Retina. «Se trata de un fenómeno habitual que, de entrada, no hay que tratar nunca».
Ese humor vítreo es básicamente una solución compuesta por un 99% de agua, pero hay otros componentes como sales, proteínas y un puñado de células que a veces pueden llegar a enturbiar la visión cuando se interponen con los rayos de luz. Toda esta gelatina, recubierta por una membrana, normalmente separa la parte delantera del ojo, en la que se encuentra la lente que nos permite enfocar (cristalino), y la parte trasera, en la que está la retina.
Según explica el oftalmólogo, es normal tener moscas y no hay que preocuparse demasiado por ellas, puesto que generalmente basta para mirar hacia otro lado para deshacerse de ellas y casi nunca son visibles. Sin embargo, a veces pueden aparecer muchas y al mismo tiempo que unos destellos luminosos que antes no estaban ahí. Ver el articulo completo en: ABC.es / Ciencia |