'La Humanidad tendrá que conquistar otros planetas para sobrevivir' ...
John Grunsfeld siempre soñó con ser astronauta. Desde que a los siete años se quedó deslumbrado por las hazañas de los pioneros de la conquista espacial americana, estaba convencido de que su futuro estaba ahí fuera. «Mis padres nunca me tomaron en serio», confiesa, «pero les encantaba mi pasión por el espacio porque me hizo volcarme en las asignaturas de ciencia, y me impulsó a hacer la carrera de Astrofísica».
A pesar del escepticismo inicial de sus progenitores, Grunsfeld acabó convirtiéndose en uno de los astronautas más prestigiosos de la NASA en la era del space shuttle, y llegó a realizar cinco misiones a bordo de los míticos transbordadores. Hoy es el responsable de todas las misiones científicas de la agencia norteamericana, y por eso esta semana ha visitado Madrid para conmemorar el 50º aniversario de la cooperación espacial entre España y EEUU.
Fue hace poco más de medio siglo, en enero de 1964, cuando el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y la NASA firmaron un contrato que permitió la instalación de una estación de antenas para el seguimiento de misiones espaciales en la localidad madrileña de Robledo de Chavela. Gracias a este acuerdo, España ha formado parte durante cinco décadas de la Red del Espacio Profundo, un conjunto de antenas imprescindibles para la recepción de datos de todas las misiones de la NASA. «Las antenas en Robledo de Chavela han sido nuestros ojos y oídos para explorar el Cosmos», asegura Grunsfeld, «y los españoles deberían sentirse orgullosos de su contribución a la conquista del espacio».
El astronauta reconoce que hoy los viajes espaciales no fascinan tanto a la sociedad como en los tiempos del programa Apolo y la llegada del hombre a la Luna. Pero está convencido de que el siguiente «pequeño paso para un hombre, y gran salto para la Humanidad» en Marte relanzará el interés de todo el planeta por la exploración espacial. Ver el articulo completo en: ELMUNDO.es / Espacio