El helicóptero, el submarino, los viajes a la luna o la sociedad moderna tomaron forma primero en la imaginación del escritor ...
Aunque era abogado, Julio Verne (1828-1905) tenía una gran afición por la ciencia y estaba muy al tanto de los avances científicos. Además se rodeó de ingenieros y científicos que le ayudaron a intuir qué cosas serían factibles en un futuro relativamente cercano y cuáles no.
A diferencia de H.G. Wells, con quien no le gustaba que le comparasen, Verne dedicaba largas horas a la lectura, como él mismo explica en una entrevista concedida a Robert H. Sherard en 1894: «Puedo decirle que nunca he estudiado Ciencias, aunque gracias a mi hábito de leer he podido adquirir conocimientos que me han sido útiles. Soy un gran lector y cada ocasión que leo lo hago con un lápiz en la mano. Siempre llevo un cuaderno conmigo e inmediatamente apunto algo que me interese o que pueda ser de posible uso en mis libros. Para darle una idea de mis lecturas, vengo aquí [Sociedad Industrial de Amiens] todos los días después de almuerzo y de inmediato me dispongo a trabajar y leo de principio a fin hasta quince publicaciones distintas, siempre las mismas, y puedo asegurarle que son muy pocos los artículos que escapan a mi atención. Cuando veo algo de interés lo anoto. Leo muchas publicaciones, como Revue Bleue, Revue Rose, Revue des deux mondes, Cosmos, La nature de Tissandier y L'astronomie de Flammarion. También leo los boletines de las sociedades científicas, sobre todo aquellos de la Sociedad Geográfica. Debo significar que la Geografía es mi pasión y mi tema de estudio».
Ver el articulo completo en: ABC.es / CIENCIA
Ver el articulo completo en: ABC.es / CIENCIA