Dos astronautas completan con éxito un paseo de urgencia para reparar la Estación Espacial ...
La Estación Espacial Internacional (ISS, según sus siglas en inglés) tiene un problema de refrigeración. El sistema de tubos de amoniaco que recorre la nave espacial para enfriar las máquinas de la ISS tiene propensión a estropearse, lo que amenaza la supervivencia de la tripulación y del proyecto. Pasó en mayo, volvió a suceder en julio y ahora, una vez más, ha ocurrido.
Es un problema grave. El 11 de diciembre, la NASA, que coordina el proyecto -en el que también participan Rusia y 13 países europeos, entre ellos España- detectó que una de las dos válvulas que bombean amoniaco al sistema de refrigeración había dejado de funcionar. Como consecuencia, todas las actividades de la ISS quedaron canceladas de inmediato. La misión, que cuenta en este momento con seis astronautas, se centró en un solo objetivo: reparar una válvula que bombea amoniaco al sistema de refrigeración.
La urgencia de la NASA es fácil de comprender. Si la otra válvula que cumple la misma función deja de funcionar, la ISS empezará a recalentarse y los tres astronautas que ocupan la parte de la nave construida por Estados Unidos solo tendrán una opción: meterse en las dos cápsulas de fabricación rusa Soyuz que tiene la ISS y escapar, en un vuelo que nadie ha hecho nunca, rumbo a la Tierra. O sea, como en la película Gravity, que protagoniza George Clooney, sólo que en la vida real.
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