Tres estudios independientes analizan la trayectoria, velocidad y composición de la famosa roca que impactó en Rusia, cuya explosión fue equivalente a la de 600.000 toneladas de TNT ...
El meteorito que explotó sobre los cielos de Chelyabinsk en febrero de 2013 fue el de mayor intensidad desde el evento Tunguska, que se produjo en Siberia en 1908 y arrasó 2.000 km cuadrados de tundra siberiana. Sin embargo, y a diferencia de aquella ocasión, esta vez miles de cámaras, desde sofisticados telescopios y satélites a cámaras caseras e incluso teléfonos móviles, capturaron hasta el último detalle de la brillante trayectoria y posterior explosión de la roca espacial, proporcionando a los investigadores un material de incalculable valor para comprender esta clase de fenómenos.
Esta semana, Nature y Science, las dos principales revistas científicas del mundo, publican tres estudios con las conclusiones de varios equipos de investigadores. “Si la Humanidad no quiere seguir el mismo camino que los dinosaurios – dice en Science Quing-Zhu Yin, profesor de Ciencias Planetarias de la Universidad de Davis- necesitamos estudiar un evento como éste con todo detalle”. El meteorito de Chelyabinsk, cuyos restos fueron recientemente recuperados del fondo del lago Chebarkul, pertenece a la clase más común de meteoritos, las condritas. “Si se produjera en el futuro un impacto catastrófico –añade Yin- lo más probable es que el responsable fuera un objeto de este tipo”.
El equipo del que Yin forma parte, liderado por Olga Popova, de la Academia Rusa de Ciencias, y por el astrónomo de la NASA Peter Jenniskens, agrupa a otros 57 investigadores de nueve países diferentes. “Nuestro objetivo –señala el propio Jenniskens- es el de comprender todas las circunstancias que dieron lugar a la onda expansiva que envió a 1.200 personas al hospital en la zona de Chelyabinsk ese día”. La explosión fue equivalente a la de 600.000 toneladas de TNT.
Ver el articulo completo por José Manuel Nieves en: ABC.es / Ciencia
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