Estas piezas de plomo recuperadas de antiguos naufragios presentan unas características ideales para los experimentos de física de partículas, pero los arqueólogos advierten sobre la destrucción del patrimonio histórico ...
Hace dos mil años un barco romano con lingotes de plomo extraído de la Sierra de Cartagena se hundió frente a las costas de Cerdeña. Desde 2011 más de un centenar de estos lingotes se emplea para recubrir el Cryogenic Underground Observatory for Rare Events (CUORE), un avanzado detector de neutrinos –partículas subatómicas casi sin masa– en el Laboratorio Nacional Gran Sasso de Italia.
En el siglo XVIII naufragó otro barco cargado de lingotes de plomo en la costa de Francia. Una empresa cazatesoros recuperó este material y, aunque tuvo problemas con las autoridades francesas, logró venderlo al equipo del Cryogenic Dark Matter Search (CDMS). Este detector localizado en una mina de Minnesota (EE UU) busca indicios de la enigmática materia oscura, que se supone constituye un cuarto del universo.
Estos dos ejemplos han servido de referencia para el debate que dos investigadores españoles afincados en Reino Unido han abierto entre los arqueólogos, molestos con la destrucción del patrimonio histórico subacuático, y los físicos de partículas, satisfechos de encontrar un material único para sus investigaciones sobre neutrinos y materia oscura.
Ver el articulo completo en: ABC.es / Ciencia
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