Un modelo informático ha servido a un grupo de investigadores para simular el extraño comportamiento del núcleo terrestre, una bola de hierro a 5.000 kilómetros de profundidad ...
En 1692 el astrónomo inglés Edmond Halley, el descubridor del cometa, observó que el campo magnético terrestre se desplazaba hacia el oeste. Desconcertado por el fenómeno, intuyó que la explicación se encontraba en la estructura interna de la Tierra. Propuso entonces que nuestro mundo estaba formado por un núcleo macizo englobado por tres esferas huecas concéntricas, cuyos diferentes polos magnéticos y velocidades de rotación causaban la misteriosa deriva magnética hacia poniente.
Aunque la hipótesis de la Tierra hueca, que tanto juego ha repartido en el género de la ciencia ficción, fue desacreditada ya hace siglos, las observaciones de Halley eran correctas, como lo fue su intuición de que la razón estaba relacionada con la rotación de los elementos presentes a miles de kilómetros bajo nuestros pies.
Hoy sabemos que el núcleo terrestre es una bola sólida de hierro, de un diámetro similar a la Luna, bañada en una capa externa de aleación de hierro fundido del tamaño de Marte. Este fluido actúa como una especie de lubricante quepermite al núcleo interno moverse libremente respecto al resto del planeta.
Investigando cómo las ondas sísmicas se mueven a través del núcleo, los científicos descubrieron a finales del siglo XX que el núcleo interno sólido gira en dirección este, como la Tierra, pero a una velocidad ligeramente mayor. Sin embargo, hasta ahora no se ha determinado con precisión cómo es el movimiento del núcleo externo, la capa fluida, ni cómo esta dinámica del “hueso” central del planeta se relaciona con el campo magnético terrestre, creado por un efecto dinamo debido a las corrientes del núcleo externo.
Ver el articulo completo por José Manuel Nieves en: ABC.es / Ciencia
Ver el articulo completo por José Manuel Nieves en: ABC.es / Ciencia