El artefacto ha analizado material volcánico diferente al recogido en las seis misiones Apollo de la NASA (1969 - 1972) ...
La misión china no tripulada Chang'e-3 logró en 2013 algo que no se había llevado a cabo en cuarenta años. Aterrizó en la Luna, concretamente en la parte norte del Mare Imbrium (Mar de las Lluvias), uno de los más prominentes cráteres de impacto visibles desde la Tierra. Un lugar hermoso, describen los científicos, un flujo de lava relativamente joven donde el rover Yutu, desplegado por el módulo lunar, pudo ponerse a trabajar sobre el terreno. Ahora, investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis (EE.UU.) y de diferentes instituciones chinas han analizado los datos recogidos por el artefacto. Y han encontrado un nuevo tipo de roca volcánica diferente a las que trajeron a la Tierra las antiguas misiones Apolo de Estados Unidos (1969-1972) y la rusa Luna (1970-1976). Lo cuentan en la revista Nature Communications.
Desde que el programa Apolo terminó, la exploración lunar estadounidense se ha llevado a cabo principalmente desde la órbita, pero los sensores orbitales detectan sobre todo el regolito, la capa superficial del suelo formada por roca fragmentada, que cubre la Luna. El problema es que el regolito suele estar mezclado y es difícil de interpretar.
Pero Chang'e-3 no solo alunizó, sino que lo hizo en un lugar óptimo. Yutu dejó de funcionar tan solo mes y medio después de ser liberado debido a graves fallos en el sistema que utiliza para protegerse en la noche lunar, pero los científicos chinos aseguraron que el inconveniente no daría al traste por completo la misión. Yutu tuvo tiempo de obtener interesantes datos del lugar donde se encontraba. Como el flujo de lava del lugar es bastante joven, la capa de regolito es delgada y está sin mezclar con restos de otros lugares, por lo que se parece mucho a la composición de la roca del fondo volcánico.
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