Un nuevo informe emitido por el Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos, denominado "Los Efectos de la Variabilidad Solar sobre el Clima Terrestre", expone algunos de los sorprendentemente complejos mecanismos mediante los cuales la actividad solar puede afectar a nuestro planeta.
19 de enero de 2013: En la escala galáctica, el Sol es una estrella notablemente constante. Mientras que algunas estrellas experimentan dramáticas pulsaciones, y como consecuencia varían mucho en tamaño y brillo, e incluso explotan ocasionalmente, la luminosidad de nuestro Sol varía apenas un 0,1% a lo largo de su ciclo solar de 11 años.
Sin embargo, los investigadores están comenzando a darse cuenta de que estas aparentemente diminutas variaciones pueden tener un efecto significativo sobre el clima de la Tierra. Un nuevo informe, publicado por el Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos (National Research Council o NRC, por su sigla en idioma inglés), denominado "Los Efectos de la Variabilidad Solar sobre el Clima Terrestre", expone algunos de los sorprendentemente complejos mecanismos mediante los cuales la actividad solar puede hacerse sentir en nuestro planeta.
Estas seis imágenes del Sol en el ultravioleta extremo, captadas
por el Observatorio de Dinámica Solar (Solar Dynamics Observatory o
SDO, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, registran el creciente
nivel de la actividad solar conforme el Sol se acerca hacia la cúspide
del ciclo de manchas solares de 11 años de duración. [Más información]
Uno de los investigadores que participó en este taller, Greg Kopp, del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial (Laboratory for Atmospheric and Space Physics, en idioma inglés), de la Universidad de Colorado, destacó que aunque las variaciones en la luminosidad a lo largo del ciclo solar de 11 años no ascienden a más de un décimo del uno por ciento de la producción total del Sol, esa fracción tan diminuta sigue siendo importante. "Incluso las variaciones de corto plazo típicas de 0,1% en la irradiación solar incidente supera a todas las demás fuentes de energía (como la radiactividad natural en el núcleo de la Tierra) combinadas", dice.
Es de particular importancia la radiación solar en el ultravioleta extremo (UVE), la cual alcanza su punto de mayor intensidad durante los años cercanos al máximo solar. Dentro de la relativamente estrecha banda de las longitudes de onda del UVE, la producción solar varía no por un minúsculo 0,1%, sino por enormes factores de 10 o más. Esto puede afectar considerablemente la química y la estructura térmica de la atmósfera superior.
Articulo completo en: Ciencia@NASA