Una roca lunar traída por el Apolo 16 le dice a los científicos que no van a tener fácil establecer bases lunares permanentes. La NASA última los preparativos para las misiones Artemis a partir de principios de 2026, que volverán a llevar a la Luna al ser humano...
Lejos de los efectos de la radiación solar o la falta de oxígeno, el verdadero riesgo proviene de estas diminutas partículas de polvo cósmico. Como se explica en el artículo científico, que se encuentra disponible en arXiv, viajan a más de 70 kilómetros por segundo y, al no existir atmósfera lunar que las frene, golpean directamente con una fuerza capaz de perforar metal y alterar los sistemas tecnológicos. Este fenómeno, invisible a simple vista, supone un reto técnico que obliga a repensar los materiales y el diseño de las futuras estructuras en el satélite. El investigador Daniel Yahalomi, junto a su equipo, utilizó el Meteoroid Engineering Model de la NASA para calcular el alcance de esta amenaza. El modelo analiza la cantidad de impactos que podría recibir una base lunar de tamaño similar a la Estación Espacial Internacional. Los resultados indican entre 15.000 y 23.000 impactos cada año, procedentes de partículas que varían desde una millonésima de gramo hasta los diez gramos. Estos diminutos proyectiles liberan una energía que, pese a su escala, puede dañar los sistemas de comunicación, los paneles solares o las paredes de los módulos presurizados. A diferencia de la Tierra, donde la atmósfera actúa como un escudo natural, la Luna no ofrece protección alguna frente a estos fragmentos espaciales. La exposición directa convierte el entorno lunar en un campo de riesgo permanente para cualquier estructura humana. El estudio de Yahalomi también señala que el nivel de exposición a los micrometeoroides no es uniforme. Las áreas polares, en especial el polo sur lunar, presentan menores tasas de impacto, lo cual coincide con los planes de la NASA para instalar allí su primera base estable. En cambio, las regiones que siempre miran hacia la Tierra registran una incidencia hasta un 60% mayor, lo que incrementa las probabilidades de daño estructural en esas zonas. Leer el articulo completo, clic! enlace: 👇 El Confidencial.com / Ciencia |








