En 1604, una estrella fue vista a plena luz del día, hoy sabemos que pudo ser un fenómeno "alienígena". El primero en detectarla fue 'Johannes Kepler', lo que le valio el nombre de 'supernova de Kepler', sin embargo, la ciencia afirma ahora que pudo ser algo más complejo...
Una intensa luz celeste sorprendió a los astrónomos europeos en octubre de 1604. A plena luz del día, aquella aparición fue visible durante varias semanas, generando un desconcierto que perduró durante siglos. Ahora, una nueva investigación publicada en The Astrophysical Journal ha arrojado luz sobre su procedencia, planteando un escenario que desafía todas las teorías tradicionales. El primero en documentarla fue Johannes Kepler, quien observó cómo esta nueva estrella superaba incluso el brillo de Júpiter durante las noches. Aunque durante siglos se asumió que se trataba de una supernova tipo Ia, el análisis de los restos del evento sugiere una explicación más compleja y singular que ha despertado un renovado interés en la comunidad científica. Tradicionalmente, este tipo de supernovas se origina cuando una enana blanca en un sistema binario alcanza una masa crítica (alrededor de 1,4 veces la del Sol) tras absorber materia de su estrella compañera. Este proceso desencadena una reacción termonuclear que culmina en una explosión estelar de alta luminosidad, como la observada en 1604. Sin embargo, un grupo de investigadores ha estudiado las características cinemáticas del remanente de SN 1604, encontrando indicios de que la estrella progenitora no se comportaba como otras de su entorno. Sus niveles de energía, impulso angular y trayectoria difieren significativamente de los patrones esperados en el bulbo galáctico y el disco de la Vía Láctea. El equipo científico plantea que la estrella que originó la explosión podría no haberse formado en nuestra galaxia. En concreto, sugiere que fue incorporada a través de una fusión galáctica pasada, un proceso mediante el cual la Vía Láctea absorbió estrellas de una galaxia más pequeña. De confirmarse, este fenómeno se clasificaría como una supernova tipo Ia alienígena, término que hace referencia a su origen extragaláctico. "Llamamos supernovas tipo Ia producidas por estrellas capturadas en fusiones galácticas alienígenas, ya que son inmigrantes cósmicos", afirma el estudio. Esta hipótesis explicaría la velocidad anómala del sistema y la morfología asimétrica de los restos observados en la actualidad. Leer el articulo completo, clic! enlace: 👇 El Confidencial.com / Ciencia |