La altitud, la temperatura y la humedad de la atmósfera son factores determinantes para la formación de las estelas de los aviones...
Los surcos blancos que dejan los aviones en el cielo, también conocidos como estelas de condensación o rastros defractarios, son el resultado de un complejo polinomio. Por una parte, las nubes se forman cuando una masa de aire se condensa, es decir, cuando su humedad alcanza el cien por cien, y para que esto ocurra la temperatura tiene que ser extremadamente baja. Los aviones comerciales vuelan en la capa más alta de la troposfera, donde la temperatura se encuentra en torno a -56ºC. El segundo aspecto a tener en cuenta son los motores. Sabemos que los aviones los utilizan para generar una fuerza de empuje y que en el proceso se quema combustible y oxígeno, generando una serie de gases de combustión (dióxido de carbono, óxidos de azufre y nitrógeno, partículas metálicas y hollín) y vapor de agua. El vapor de agua se encuentra mucho más caliente que el aire ambiental, de forma que se condensa y origina el surco níveo al que nos tienen acostumbrados los aviones. De alguna manera este fenómeno se parece a la pequeña nube que se forja cuando exhalamos aire una mañana de mucho frío. En estos momentos la aviación está usando los motores más eficientes que existen, por lo que los aviones dibujan estelas a altitudes cada vez más bajas, pero como todavía conviven aviones de diferentes generaciones es posible observar cómo algunos dejan estelas y otros no. Leer el articulo completo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |