El ingenio español en una economía espacial en auge, la carrera por conquistar el espacio se ha convertido en un insospechado campo de pruebas empresariales para reducir el problema medioambiental de la Tierra...
En plena Guerra Fría, durante el auge de la carrera espacial por llegar a la Luna, Kennedy pronunciaba el 12 de septiembre de 1962 estas palabras: «Debemos hacer esto no porque sea fácil, sino porque es muy difícil y no deberíamos estar dispuesto a aplazarlo». Casi sesenta años después los problemas son otros, pero la conquista del espacio sigue siendo una asignatura pendiente en la que los países mantienen un pulso por la balanza de poder. Pero también es una oportunidad mayúscula para proyectos disruptivos planteados desde instituciones públicas y empresas privadas que buscan resolver los obstáculos de la vida en otros planetas. Y además es una insospechada posibilidad para reducir los problemas medioambientales que sufre la Tierra, ya que el espacio se presenta como un campo de pruebas de iniciativas con vocación sostenible, donde se agudiza un ingenio y una capacidad tecnológica que van en paralelo. El espacio ha vuelto a recobrar interés, y España reclama su lugar en una economía espacial que irá aumentando sus dígitos en el futuro. Así en 2020 se desplegaron un total de 466 naves espaciales, de las cuales el 51% pertenecían a compañías privadas, y 85 países han tomado parte en la carrera espacial. La NASA contó con un presupuesto de 23.300 millones de dólares, según revela el informe `La carrera espacial: comercializando el camino´, elaborado por BDO, una organización de referencia. Se calcula que el sector espacial mundial alcanzará el billón de dólares en 2040, y la iniciativa privada marcará el paso. Ya en 2020, el sector ha generado 385.000 millones de dólares. A ese porvenir lleno de potencial mira la empresa española Zero2 Infinity, fundada en 2009 por el ingeniero aeroespacial José Mariano López Urdiales. «Mi padre es profesor de investigación del CSIC, y desde pequeño veía que las naves espaciales se podían hacer de forma más barata y sostenible. Tengo dos patentes que tienen que ver con cómo hacer una cápsula ligera, con ventanas panorámicas, para llevar personas, y luego, la otra es un lanzador de satélites usando un globo para salir de la atmósfera. Nuestra propuesta espacial es la única, en el mercado actual, que supone cero emisiones. Lo único que emiten es helio, un gas noble que no tiene ningún impacto ambiental porque no reacciona con nada de la atmósfera», señala. Zero 2 Infinity tiene tres líneas principales de negocio, una de ellas es Bloostar. Es un lanzador de globos que lleva satélites a la órbita baja. La primera etapa del ascenso se hace con un globo hasta alcanzar los 30 km, donde la plataforma del cohete se enciende y se separa del globo para situar una carga útil en órbita. Otro vértice de negocio es Bloon, una nave transportada por globos para vehículos tripulados; ahí es donde entra el turismo espacial. Y por último, el proyecto Elévate transporta cargas útiles al espacio con fines de conectividad, vigilancia de las condiciones atmosféricas y monitorización de actividades desarrolladas en la Tierra que necesitan tener ojos en el cielo. Un ejemplo de ello es un proyecto que tiene con Indonesia para colocar un sistema de detección temprana de incendios. Leer el articulo completo y ver los vídeos, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |