Nadie se está comiendo el azufre de Venus, el nuevo estudio descarta la posibilidad de una forma de vida aérea en la atmósfera del planeta vecino de la Tierra...
Venus se convirtió en el 'yeti' de la astrobiología hace un par de años cuando un grupo de investigadores hizo público el posible hallazgo en su atmósfera de fosfano, un gas que normalmente se genera durante la descomposición de materia orgánica. El anuncio desató una tormenta mediática ante la posibilidad de que existiera vida aérea en el planeta vecino, aunque no tardaron en salir numerosos estudios que pusieron en entredicho el origen biológico del fosfano e incluso su existencia. No era la primera vez que se especulaba con la posibilidad de la vida venusiana. Un artículo en 2004 propuso que el azufre de la atmósfera podría ser utilizado por microbios como un medio para convertir la luz ultravioleta a otras longitudes de onda que permitirían incluso la fotosíntesis. Desde entonces, el comportamiento inusual del azufre en la atmósfera de Venus y la posibilidad de vida en las nubes han sido motivo de estudio. A una altitud entre los 40 y los 60 km sobre la ardiente superficie, la atmósfera de Venus se parece a la terrestre: la presión del aire es muy similar y las temperaturas se mueven desde los cero a los 50 grados centígrados, aceptables para algunos seres microbianos. Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad de Cambridge concluye que el comportamiento inusual del azufre en la atmósfera de Venus no puede explicarse con un origen biológico. Es decir, no hay seres microscópicos columpiándose entre las nubes. «Hemos pasado los últimos dos años tratando de explicar la extraña química del azufre que vemos en las nubes de Venus», afirma Paul Rimmer, del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge. «Hemos estado estudiando si hay una manera de hacer que la vida sea una posible explicación de lo que vemos». Y, según publican en la revista 'Nature Communications', la respuesta es no. Se espera que cualquier forma de vida en abundancia suficiente deje huellas químicas en la atmósfera de un planeta a medida que consume alimentos y expulsa desechos. Sin embargo, los investigadores no encontraron evidencias de estas huellas dactilares en Venus. El equipo utilizó una combinación de modelos atmosféricos y bioquímicos para estudiar las reacciones químicas que se espera que ocurran, dadas las fuentes conocidas de energía química en la atmósfera de Venus. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |