Que vera por primera vez los polos del Sol, El lanzamiento ha seguido los horarios establecidos y la nave ya ha comenzado un viaje en el que recorrerá 300 millones de kilómetros ...
Acaban de pasar dos minutos sobre las 5 de la madrugada en Darmstad (Alemania). En los cuarteles generales de la Agencia Espacial Europea (ESA) reina el silencio: queda un minuto para el lanzamiento de Solar Orbiter, la misión europea ideada a finales de los noventa para estudiar todos los secretos que aún guarda el Sol (y que no son pocos) que ahora, más de dos décadas después, por fin se hace realidad. A pesar de que el lanzamiento se lleva a cabo en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Cabo Cañaveral, el medio centenar de personas que contemplan a través de las tres enormes pantallas en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) en directo el lanzamiento se sienten como si estuvieran al pie del cohete Atlas V: nervios y emoción. Cuando el humo rodea al vehículo, una densa calma se palpa al elevarse la estructura, y aumenta aún más según el cohete se convierte en una verdadera bola de fuego al alcanzar la atmósfera. Luego, un punto brillante se hace cada vez más pequeño allá, en el cielo. Y, entonces, todo depende de los equipos electrónicos a bordo, que darán señales de vida, si todo va según lo esperado, en una hora. «Ahora no están de brazos cruzados, aunque es verdad que no pueden hacer mucho hasta que reciban la señal. En esa sala hay una calma tensa», afirma desde Alemania Mark McCaughrean, asesor sénior de Ciencia y Exploración para la ESA. Las imágenes en las pantallas muestran rápidas conversaciones y ojos clavados en los ordenadores, si bien se vislumbran sonrisas y algunos abrazos. La operación se demora unos agónicos segundos más de lo previsto hasta que llega la señal al ESOC. Ahora se escuchan gritos de alegría y aplausos, en Florida y en Alemania. «Hemos recibido la señal. Eso es una fenomenal noticia», confirman desde control. Alrededor de media hora, otro momento crítico: el despliegue de los instrumentos. Otra vez aplausos. «¡We have a mission!» («¡tenemos misión!»), grita el director de Ciencia de la ESA Günter Hassinger desde Cabo Cañaveral. Las caras se manifiestan mucho más relajadas que hace una hora. A partir de aquí le espera un viaje de 300 millones de kilómetros que se espera se alargue, al menos, hasta julio de 2029, si bien misiones como Soho llevan orbitando e informando sobre nuestra estrella desde hace más de dos décadas. Pero primero Solar Orbiter tendrá que salir del plano del Sistema Solar (la eclíptica, la línea imaginaria en la que se alinean todos los cuerpos de nuestro vecindario cósmico) y «auparse» un poco. Aprovechando la gravedad de la Tierra y, sobre todo, la de Venus, Solar Orbiter conseguirá inclinar su trayectoria en las sucesivas vueltas que dé sobre el Sol. El próximo mes de diciembre comenzará la primera de las ocho maniobras previstas para utilizar como una suerte de palanca al planeta vecino e ir poco a poco elevándose hasta alcanzar a ver los polos solares. Leer el articulo completo y ver el vídeo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |