Ya empieza a notarse, hallan en las afueras de nuestra galaxia estrellas recién nacidas, formadas con el material de las nubes de Magallanes, lo que se conoce como 'Grupo Local' ...
La Vía Láctea no está sola en el universo. Forma parte de una pequeña familia de galaxias, conocida como el Grupo Local, junto a Andrómeda (M32), Triángulo (M33), las dos nubes de Magallanes y varias decenas de galaxias enanas. Con diferencia, las dos mayores son la Vía Láctea y Andrómeda. De hecho, su enorme gravedad las condena a fusionarse y atrae a una hacia la otra a una velocidad de 110 km/s, por lo que chocarán en cuestión de 4.000 millones de años. Este «impacto» galáctico no será una catástrofe. Más bien todo lo contrario: cuando Andrómeda y la Vía Láctea se encuentren, las colisiones de sus estrellas serán raras, pero el choque de sus nubes de gas desencadenarán un auténtico «baby boom» de estrellas: la gravedad comprimirá el gas y favorecerá que se concentre y se caliente, arrancando la fusión nuclear. La materia oscura, las estrellas y el polvo sencillamente se reorganizarán. Finalmente, se formará una inmensa galaxia, que algunos llaman Lactómeda. Esta semana pasada, en un encuentro de la Asociación Astronómica Americana en Honolulu (Hawái), que ha dejado multitud de noticias interesantes estos días, científicos del Centro del Instituto Flatiron para la Astrofísica Computacional en Nueva York (EEUU) y de la Universidad Estatal de Montana en Bozeman (EEUU), hablaron de una investigación que revela que la Vía Láctea ya está experimentando los comienzos de una transformación similar. Los astrónomos, que en diciembre publicaron dos artículos en «The Astrophysical Journal» (puedes encontrarlos aquí y aquí), informaron del hallazgo de un cúmulo de jóvenes estrellas, en las afueras de la galaxia, que indican que la Vía Láctea está absorbiendo gas procedente de la Corriente de Magallanes, una cinta transportadora de materia absorbida por nuestra galaxia y procedente de las nubes de Magallanes. Esto ya se sabía, pero dicho cúmulo muestra que esta corriente está más cerca de lo que se pensaba y que puede arrancar la formación de nuevas estrellas lejos de la Vía Láctea. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |