El láser de rayos gamma, más cerca que nunca, su creación permitiría desde un nuevo modo de propulsión en el espacio para naves espaciales, a nuevos tratamientos contra el cáncer ...
De la misma forma en que un rayo láser es capaz de generar haces coherentes de luz visible, un hipotético láser de rayos gamma, o "glaser", debería poder producir haces coherentes de radiación gamma, el tipo de luz más energético que existe. Pero eso es algo que nadie, aún, ha conseguido hacer. El esfuerzo por conseguir un láser de rayos gamma operativo se considera, en efecto, como uno de los problemas más importantes de la física, y necesita de la coordinación de disciplinas tan dispares como la mecánica cuántica, la espetroscopía óptica y nuclear, la química, la física de estado sólido y la metalurgia, así como de importantes avances en nuestro conocimiento de todas estas áreas. Una tarea realmente difícil y en la que se mezclan la ciencia básica con la ingeniería. Ahora, un físico de la Universidad de California acaba de publicar en Physical Review A una serie de cálculos que muestran que burbujas esféricas de helio y rellenas de un gas de átomos de positronio resultan estables en helio líquido. Y eso significa un gran paso en el camino de construir el primer láser de rayos gamma, una tecnología hoy por hoy futurista y cuyas posibles aplicaciones irían desde nuevas y más poderosas imágenes médicas a la computación cuántica, la propulsión de naves espaciales ultrarrápidas o tratamientos revolucionarios contra el cáncer. Pero el positronio es un material muy difícil de tratar. De una duración extremadamente corta y solo brevemente estable, el átomo de positronio resulta similar al de hidrógeno, con la pequeña diferencia de que está hecho de una mezcla de materia y antimateria, en concreto de electrones y sus antipartículas, los positrones. Y todos sabemos lo que suele suceder cuando una partícula de materia se une a su antipartícula: ambas se destruyen en una diminuta pero potente explosión de energía. Sin embargo, cuando un electrón se topa con su "alter ego" de antimateria (un positrón), es posible un segundo resultado: la formación de positronio. ¿Pero cómo darle al positronio la estabilidad que se necesita para manejerlo?. Leer el articulo completo y ver el vídeo, clic! enlace: ABC.es / Ciencia |