Al devorar este una estrella, el halo de electrones que rodea una de estás regiones del espacio se contrajo de 100 a 10 kilómetros en apenas un mes y se encuentra en la constelación de Leo ...
Ocurrió el 11 de marzo del pasado año. Un instrumento japonés a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) detectó una enorme explosión de luz de rayos X a casi 10.000 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Leo. El resplandor creció hasta ser seis veces más brillante que la Nebulosa del Cangrejo, un remanente de supernova situado a mitad de camino. Los científicos determinaron que la fuente era un agujero negro relativamente pequeño, de unas diez veces la masa del Sol, atrapado en medio de un estallido mientras devoraba una avalancha de gas y polvo de una estrella cercana. Astrónomos de la Universidad de Maryland y del Instituto de Tecnología de Massachusetts han detectado «ecos» dentro de este estallido que podrían dar pista de cómo evolucionan los agujeros negros mientras se «alimentan». En un estudio publicado este miércoles en la revista«Nature» y dado a conocer en la reunión anual de la Sociedad Astronómica Estadounidense en Seattle (Washington), el equipo explica cómo cuando el agujero consume enormes cantidades de material estelar, su corona, el halo de electrones altamente energizados que lo rodea, se contrae significativamente, desde una extensión de unos 100 kilómetros a apenas 10 en poco más de un mes. «Esta es la primera vez que vemos que la corona se reduce durante esta fase particular de la evolución del estallido», dice Jack Steiner, investigador del Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial en el MIT. «La corona todavía es bastante misteriosa, y aún tenemos una comprensión poco clara de lo que es. Pero ahora tenemos evidencias de que lo que está evolucionando en el sistema es la estructura de la corona en sí», añade. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |