Un equipo de investigadores acaba de multiplicar por dos la "distancia letal" de una de estas violentas explosiones estelares ...
Hace unos 2,7 millones de años, una supernova explotó tan cerca de la Tierra que llenó el planeta de escombros, dejando un rastro de hierro radiactivo (Hierro 60) que los científicos han localizado en el fondo de los océanos e incluso mezclado con las capas de polvo que cubren la superficie de la Luna.
La explosión se produjo a varios cientos de años luz de la Tierra, lo bastante lejos como para que la radiación no causara una extinción masiva de la vida terrestre, aunque lo suficientemente cerca para que nuestros lejanos antepasados se vieran afectados por ella. En aquél tiempo, Homo erectus empezaba a descender de los árboles, y son varios los estudios que sostienen que la intensa luz que iluminó las noches durante largo tiempo pudo llegar a cambiar sus patrones de conducta, alterando los niveles de melatonina. Incluso hay quien cree que la radiación residual de la explosión fue suficiente para aumentar la incidencia del cáncer.
Hasta ahora, se pensaba que esa supernova se encontraba a una distancia de unos 330 años luz de nuestro planeta, pero un estudio que se publicará próximamente en Astrophysical Journal y que ya está disponible en ArXiv.org ha reducido esa cifra a más de la mitad.
"Ahora tenemos más datos de esa supernova -afirma Adrian Melott, investigador de la Universidad de Kansas y autor principal del artículo- . Las estimaciones temporales aún no son del todo exactas, pero lo que nos llevó a escribir este artículo es la distancia. Hicimos estos cálculos porque otros ya habían revisado la distancia, y nuestras estimaciones apuntan a que en realidad estaba entorno a los 150 años luz". Lo cual, aunque más cerca de lo que se creía, sigue sin ser suficiente como para provocar una catástrofe planetaria. Entonces, ¿desde qué distancia puede matarnos una supernova?.
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