A veces parece que el cielo se ha incendiado o que un gran volcán arde en el horizonte, pero lo que ocurre en realidad es que la física está jugando con nuestra sensibilidad ...
Cada día la salida y puesta de Sol nos regala un espectáculo increíble. A veces parece que el cielo se ha incendiado o que un gran volcán arde en el horizonte, pero lo que ocurre en realidad es que la física está jugando con nuestra sensibilidad.
¿Por qué ocurre esto? La causa está en un fenómeno físico que ocurre porque la luz blanca que procede del Sol está compuesta en realidad por una mezcla de colores, tal como puede verse en las caratulas de Pink Floyd o en un arcoiris. El motivo es que cada uno de los colores tiene una «facilidad» distinta para atravesar la atmósfera. Así que, si al amanecer y al atardecer hay más colores naranjas o rojos, es porque los azules y morados se han dispersado más por el cielo y no han llegado hasta nosotros. Por último, si las nubes se ven rojas, es porque estas reflejan la luz tal cual les llega: por ejemplo, blanca a medio día, naranja y roja por la tarde. (Más información aquí). Ahora hace falta entender por qué las nubes tienen la apariencia que tienen. La causa no está en la dispersión de Rayleigh, sino en la dispersión Mie. Esta ocurre cuando las partículas dispersoras son más grandes o iguales que la longitud de onda de la luz. En la atmósfera terrestre, este tipo de encuentro ocurre cuando hay pequeñas gotas de agua en suspensión, condensadas en forma de niebla o nubes. A diferencia del efecto Rayleigh, la dispersión Mie no distingue entre las longitudes de onda de los colores. Dispersa a todos ellos por igual. Por eso, lo único que hacen las nubes es reflejar la luz que les llega. Si la luz que llega es blanca, las nubes son blancas. Si es naranja, se verán de naranja. Sin embargo, las nubes no siempre son blancas. ¿Por qué? Puede ocurrir por dos motivos. Cuando las nubes son tenues, el fondo azul del cielo puede hacer que aparezcan más oscuras, y se tornen de color gris. También puede pasar que el fondo de nubes y cielo sea tan brillante, que las nubes del frente parezcan más oscuras. Si las nubes son muy densas, reflejan la luz perfectamente y se ven blancas. Si son menos densas, una parte de la luz se absorbe y se ven negras. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |