Eso sería similar a 10.000 bombas de 'fisión atómica' ...
Cuando se agrega el prefijo “nano” a algo, generalmente significa “muy pequeño”. Pero las llamaradas solares parecen ser la excepción.
Investigadores están estudiando un tipo de explosión que se produce en el Sol, llamada “nanollamarada”. Aunque son mil millones de veces menos energéticas que las llamaradas comunes, las nanollamaradas tienen un poder que se contradice con su nombre.
“Una ‘nanollamarada’ típica tiene la misma energía que 240 megatones de TNT”, dice el físico David Smith, de la Universidad de California, Santa Cruz. “Eso sería similar a 10.000 bombas de fisión atómica”.
El Sol puede pasar días, semanas o incluso meses sin producir una llamarada solar común. Las nanollamaradas, por otro lado, crepitan en el Sol casi sin parar.
“Vistas a longitudes de onda del ultravioleta extremo y de rayos X, parecen pequeños puntos luminosos en la superficie solar”, continúa Smith. “Las primeras observaciones de este fenómeno se remontan a la estación Skylab, en la década de 1970”.
El implacable crepitar de las nanollamaradas podría resolver un misterio de larga data en el campo de la física solar: ¿Qué provoca que la corona del Sol esté tan caliente?
Imagine estar parado frente a una ardiente fogata. Sienta el calor de las llamas. Ahora, retírese. ¿No siente tanto calor, verdad?
Pero así no funciona eso en el Sol. La superficie visible del Sol tiene una temperatura de 5500 °C. Apartarse un poco de la superficie debería dar cierto respiro. En cambio, la atmósfera superior del Sol, conocida como la “corona solar”, crepita a un millón de grados (una temperatura que es casi 200 veces más alta que la de la ardiente superficie que está debajo).
Durante más de medio siglo, los astrónomos han intentado descubrir qué es lo que causa que la corona esté tan caliente. Aproximadamente una vez al año, aparece un comunicado de prensa que pretende resolver el misterio; pero es refutado por otra teoría alrededor de un año más tarde. Se trata de uno de los problemas más engorrosos de la astrofísica.
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