Un observatorio de radiación cósmica de alta energía aspira a descubrir objetos ultra violentos o desvelar que es la materia oscura, nosotros somos los Cristóbal Colón de la astrofísica ...
“¡Nosotros somos los Cristóbal Colón de la astrofísica!”, dice con ímpetu de conquistador María Dolores Rodríguez Frías, profesora de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH). Su campo de investigación son los rayos cósmicos más energéticos que existen, partículas de origen desconocido que nos recuerdan la existencia de una realidad aún por descubrir. Dentro de pocos días, su equipo colocará en la estratosfera un artefacto que servirá para probar un instrumento clave en una aventura de búsqueda que, como la de Colón, puede abrir la ruta hacia un mundo nuevo. Como los exploradores antiguos, además de la pericia necesaria para navegar los mares, los actuales necesitan también mucha habilidad política para conseguir los apoyos y los recursos imprescindibles para conocer nuevos mundos. Rodríguez Frías es la coordinadora de la participación española en el proyecto EUSO (Observatorio Espacial del Universo Extremo, de sus siglas en inglés), un observatorio de rayos cósmicos que se instalará en la Estación Espacial Internacional (ISS). Esta aportación, una cámara de infrarrojos para medir la temperatura de las nubes y poder utilizar el detector de rayos también cuando esté nublado, iba a ser responsabilidad de Francia, pero al final acabó en España. “Se enfadaron un poco con nosotros”, comenta Rodríguez Frías. En estos juegos de política científica internacional, también cambió el liderazgo del proyecto, que era japonés hasta el terremoto de 2011. Después, se llegó a un acuerdo para que Rusia se pusiese a la cabeza. En principio, será en el módulo de este país en la ISS, el Zvezda el que aloje los detectores. Aunque haya similitudes, estos colones modernos no asumen los riesgos de los antiguos. Antes de montar el observatorio final hacia 2020, están poniendo a prueba los sistemas que deberían finalmente desentrañar los secretos que acercan a la Tierra los rayos cósmicos ultra energéticos. En septiembre viajarán a EE UU para lanzar al espacio un prototipo de la cámara de infrarrojos que incorporará el experimento final y que ahora se está poniendo a punto en el Instituto de Física Teórica (UAM-CSIC), en Madrid. Partirá a bordo de un globo aerostático de la NASA que la llevará dentro de un cubo de menos de medio metro de lado hasta 40 kilómetros de altitud. Ver el articulo completo en: ELPAÍS.com / Ciencia |